Cada 15 de agosto se celebra el Día Mundial de la Relajación, en un intento de concienciar a la población sobre la necesidad de desconectar y no sobrepasar los límites del día a día, porque conllevaría un aumento del estrés que podría derivar en problemas de salud mayores. Curiosamente esta fecha coincide con la segunda quincena de agosto, momento en el que cientos de miles de personas se encuentran de vacaciones, por lo que podemos aprovechar esta oportunidad para intentar liberarnos del estrés y la presión, y así vivir más y mejor.
Como compartíamos en una reciente entrada en la que tratábamos las consecuencias negativas de la falta de conciliación para la salud, más del 70% de los españoles reconoce sufrir estrés. Esta reacción de nuestro cuerpo frente a las diferentes cargas a las que hacemos frente a diario se ha convertido en algo tan habitual como perjudicial. El estrés puede ser padecido de manera crónica o aguda, y normalmente se manifiesta a través de síntomas físicos y emocionales, según Medlineplus, como cansancio, problemas para dormir, falta de energía y/o concentración, dolores de cabeza, mala memoria, malestar de estómago, diarrea o estreñimiento, baja autoestima, sensación constante de tensión…
Las causas del estrés dependen de la situación que atraviese cada persona, y tal y como indican desde La Mente es Maravillosa. Los problemas originados por vivir en tensión constantemente están derivados de una falta de control en su intensidad y duración, ya que el estrés es una reacción común que da respuesta a los desafíos. Es entonces cuando se vuelve incontrolable y nos encontramos ante los problemas de salud. Algunas de las circunstancias más frecuentes que causan un estrés excesivo, son:
- Carga laboral y síndrome burnout.
- Dificultad para conciliar trabajo, familia y vida personal.
- Dificultades en las relaciones.
- Problemas con el estudio.
- Imposibilidad para desconectar del trabajo.
- Problemas financieros.
Una vez conocemos los principales síntomas del exceso de estrés y las causas más comunes, es el momento de explorar algunos de los consejos que podemos seguir para erradicarlo de nuestras vidas y, en definitiva, vivir más y mejor:
- Lo primero que debemos hacer es reconocer e identificar que padecemos estrés, y en caso de resultar insostenible, lo recomendable es pedir ayuda. La salud mental debe ser tratada con total normalidad, frente a los estigmas que puedan existir en la sociedad, y sobre todo con prioridad.
- Establece hábitos saludables en tu día a día: una correcta alimentación y practicar deporte de manera regular son dos de las mejores soluciones para actuar frente a las formas en las que se presenta el estrés. De igual manera, la meditación cuenta con múltiples beneficios en nuestra salud, como una reducción de la ansiedad y el estrés hasta en un 44 y 34%, respectivamente.
- Cuida tu planificación financiera. Contar con un control sobre las finanzas personales permite estar menos tiempo pendiente del dinero y evita caer en el descontrol financiero. Planificar gastos y diversificar el ahorro, a través de, por ejemplo, métodos de ahorro como la regla 50/20/30, ayuda a mantener un equilibrio emocional.
- Desconecta por completo. Apartar y dejar a un lado las obligaciones durante las vacaciones y los días libres, como los fines de semana, es más importante de lo que pensamos. Procura desconectar de todo, especialmente del trabajo y redes sociales para disfrutar de un descanso necesario
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