Uno de los principales síntomas de flaqueza económica es el aumento de la tasa de ahorro de los hogares, cuyos repuntes se han producido tradicionalmente en momentos de crisis, tal y como apuntan los expertos. Así parece que está ocurriendo en estos momentos, cuando la hucha de las familias alcanza niveles de récord por la incertidumbre y el propio confinamiento debido al Covid-19.
Muchas personas se han dado cuenta de que se puede vivir con menos y que, muchas veces, guiados por la inercia se consume más de lo que se necesita. Junto a ello, el parón de la actividad económica durante tantas semanas, con todas las implicaciones laborales que ello supone (entre ellas, que tres de cada cuatro autónomos se encuentren en apuros económicos), conllevará una crisis que hará muy difícil el resurgir del consumo, al menos a los niveles anteriores al coronavirus. Las previsiones del Banco de España adelantan una caída del PIB cercana al 10% para este año. Analizando más a fondo el comportamiento de la sociedad durante este confinamiento y según estudios de consultoras como Salvetti Llombart o EY Parthenon y de varias entidades bancarias, antes de la declaración del Estado de Alarma los españoles consumieron un 20% más que en el mes anterior, con la intención de provisionarse ante lo que pudiera suceder, y a partir del 20 de marzo, ese dato descendió un 60% si lo comparamos con la misma semana del año anterior.
En el extremo opuesto, se pone de manifiesto que ante momentos de incertidumbre lo que prima es el ahorro, tanto es así que más del 70% de los ciudadanos declara que su prioridad será esta una vez superada la pandemia. Además, entre el 50% y el 60% de los ciudadanos que tenían previsto hacer alguna importante compra en los próximos meses (cambiar de casa, comprar un coche, hacer un viaje…) va a posponer su decisión. A niveles más genéricos, el 35% de los encuestados piensa que su economía familiar se resentirá en cierta medida, y cerca del 40% cree que empeorará bastante la economía nacional.
De otro lado, respecto al uso y/o contratación de productos financieros, los depósitos han aumentado un 3% su volumen en este periodo. Además, alrededor del 21% considera que aportará a su plan de pensiones o fondo de inversión, mientras que el 8,3% piensa en hacerse con uno de estos productos. Sólo un 9% de los españoles estaría pensando contratar un seguro para proteger a su familia. La incertidumbre, los bajos tipos de interés, la caída de los mercados, entre otros, pueden estar detrás de estos datos. Aun así, es importante señalar que existen en el mercado productos que ofrecen rentabilidad, exención de impuestos y otras ventajas que pueden contribuir a hacer crecer ese ahorro ahora que los tiempos no son los más propicios para conseguirlo.
Respecto a cuál sería el comportamiento de futuro más favorable, los expertos coinciden en señalar que lo prioritario es recuperar hábitos de consumo. Aún así, no está previsto que el país recupere los niveles previos a la pandemia, hasta, al menos, dentro de dos años. Así también opinan los españoles, más del 67% cree que el impacto de la crisis será muy fuerte y que costará mucho recuperarse.
Pero las previsiones no son nada halagüeñas, desde el Gobierno se estima que el consumo privado se reducirá un 6% este año, su mayor hundimiento registrado.
Cuando rescatar el plan de pensiones no es la mejor opción
La crisis derivada de la propagación del coronavirus ha hecho imprescindible la adopción de medidas económicas y que ya están comenzando a tener consecuencias en la economía de las familias. El desempleo y los ERTE desencadenados a raíz de esta extraordinaria situación pueden dejar en situación de vulnerabilidad a muchos hogares, y es por ello que desde el Gobierno se ha puesto en marcha una serie de medidas que supuestamente permitirían suavizar el estatus financiero y las necesidades económicas de los ahorradores. Una de las más comentadas es la posibilidad de rescate anticipado de las prestaciones de los planes de pensiones.
Sin embargo, de la misma forma que abrirse un plan de pensiones requiere de una planificación a medida, decidir acceder de manera anticipada a los derechos consolidados puede ser mucho más digno de análisis, puesto que puede acarrear implicaciones negativas a nivel financiero en muchos casos, debido a dos factores. En primer lugar, hay que tener en cuenta la tributación y el hecho de que no realizar aportaciones también imposibilita reducir la factura fiscal del año próximo.
Rentabilidad a largo plazo
Pero, por encima de todo, es ampliamente conocido que los planes de pensiones y PPA son productos concebidos para generar rentabilidad a largo plazo, por lo que acceder al ahorro de manera anticipada puede ver considerablemente reducida esa rentabilidad. Más aún teniendo en cuenta el revés que ha sufrido el mercado en marzo, lo que ha provocado unas pérdidas medias del 11% en 2020 en el patrimonio acumulado en planes de renta variable, fija y mixtos. De esta manera, es recomendable tener en cuenta todos los factores, hacer un uso limitado de ellos y restablecer el ritmo de ahorro con vistas a la jubilación.
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