A raíz del Estado de Alarma decretado el 14 de marzo de 2020 nuestra vida ha cambiado radicalmente tal y como la conocíamos hasta el momento. Los más afortunados mantuvieron su empleo, la mayoría través de teletrabajo, pero otros se vieron abocados al ERTE e incluso al despido. Además, los niños dejaron de ir a la escuela y la libertad de movimiento se vio restringida, entre otras medidas. Aunque la situación ha sido nueva y excepcional, regresó un viejo conocido desde la pasada crisis económica: la incertidumbre.
¿Qué pasará a medio plazo? ¿Mantendré el empleo? ¿Podré volver a abrir mi negocio? ¿Podrá el Estado pagarme mi pensión? ¿Cómo afectará el coronavirus a mi economía personal? Todas estas preguntas tienen en común una gran dosis de incertidumbre en la respuesta. En el plano económico, igual que ocurrió en la crisis de 2008, se pide mantener la calma y analizar fríamente las finanzas personales para descubrir qué ha supuesto esta situación especial y cuál será nuestra realidad financiera una vez que la crisis sanitaria pase.
Desplome histórico en el gasto de los hogares
El gasto del transporte público o la gasolina para los desplazamientos de trabajo, el café de media mañana, pedir comida, el gimnasio, las compras, ir al cine, escapadas de fin de semana… Al verse limitada nuestra libertad de movimientos es fácil detectar que decenas de actividades diarias o semanales que implicaban un gasto en nuestra economía se han dejado de realizar. A pesar del incremento en las compras de alimentación para el hogar, estamos ante un desplome histórico en el gasto semanal de los españoles.
El informe del BBVA Research fija en un 60% la caída del gasto semanal desde el 20 de marzo. En el estudio se refleja un aumento cercano al 20% interanual el fin de semana previo a la declaración del Estado de Alarma. Ese gasto se corresponde, principalmente, con el abastecimiento y la afluencia masiva a los supermercados, así como en farmacias y sector sanitario.
Para comprobar si los datos estudiados se reflejan en nuestra economía personal solo tendremos que verificarlo en nuestro control de gastos e ingresos. Será fácil observar cómo, según hablábamos anteriormente, se han visto reducidos los gastos hormiga, entre otros.
Ambiente de precrisis económica: la importancia de la planificación
Una vez analizado el descenso del gasto semanal en nuestra economía personal podemos pasar a la segunda fase de la ecuación: los ingresos. Frente a esta época de incertidumbre, resulta tranquilizador contar con un colchón financiero que, previamente, hemos debido de crear y alimentar en época de bonanza.
En la situación actual, el panorama que se nos presenta es negativo respecto a la economía. El 50% de los españoles reconoce ya haberlo detectado y, además, auguran que verán sus ingresos reducidos a corto plazo, según el informe Deconstruyendo al consumidor de EY-Parthenon. Sin duda los peor parados vuelven a ser los autónomos: 3 de cada 4 están en apuros con su negocio afectado y sin ingresos.
Otro dato interesante del anterior informe es que son los españoles de 44 años los que más están sufriendo el impacto económico actual y quienes tienen perspectivas más negativas. Por el contrario, el sector de la población más “calmado” están siendo los mayores de 60 años. Por tanto, son los pensionistas quienes creen que menos les afectará la crisis económica y cuentan con unas perspectivas más positivas.
¿Cómo están afrontando el COVID-19 los planes de pensiones?
Tal y como hemos visto, aquel hogar que mantenga su nivel de ingresos ha visto aumentar su tasa de ahorro al ver reducidos sus gastos semanales. Frente a estos ahorros inesperados, según datos de VDOS, se deduce, previsiblemente, un incremento en el ahorro a través de los planes de pensiones. El mayor volumen lo reciben planes mixtos y de renta fija, siendo menor en los planes de renta variable.
Este incremento en las suscripciones a los planes de pensiones resulta motivo de sorpresa tras la decisión del Gobierno de aprobar una ventana de liquidez a través de estos instrumentos del ahorro para personas afectadas por un ERTE. Aquellos trabajadores que lo necesitasen pueden rescatar sus ahorros de los planes de pensiones. No obstante, una vez más recomendamos sacar previamente la calculadora y echar cuentas ya que, además de los gastos derivados del rescate, optar por sacar los ahorros de los planes de pensiones también afectará a la tributación.
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