null Roboadvisors, inteligencia artificial y otras realidades del sector financiero y asegurador

La tecnología a la que estamos acostumbrados y aplicamos en nuestro día a día se encuentra en constante evolución. Como consecuencia de este desarrollo, los diferentes ámbitos y sectores económicos se están adaptando a la denominada transformación digital para aplicarla y sacar partido de ella. Los roboadvisors son cada vez más famosos dentro del sector financiero e inversor, y la inteligencia artificial junto al blockchain o el big data están adquiriendo popularidad en el ámbito asegurador.

La transformación digital es una realidad en todo el mundo capaz de cambiar los modelos de negocio de las empresas. En PSN somos conscientes de ello, y por eso llevamos varios años inmersos en el camino hacia la aplicación de la tecnología en los procesos de trabajo. La transformación digital trae consigo una serie de cambios y tecnologías, de las cuales algunas destacan por encima del resto y están adquiriendo cada vez mayor popularidad.

Una de las tecnologías que está suponiendo toda una revolución y la digitalización del sector financiero son los famosos roboadvisors. Los roboadvisors son asesores financieros automatizados, es decir, basados en algoritmos, que gestionan las carteras de inversión para invertir el dinero de los inversores automáticamente en función del perfil de riesgo y los algoritmos utilizados. Pese a que la existencia de estos gestores virtuales se remonta hasta 2008, los roboadvisors han adquirido una mayor popularidad en España en los últimos 5 años, debido principalmente a las facilidades que ofrece a los inversores que no busquen emplear excesivo tiempo en la configuración de sus carteras de inversión. Sin embargo, la gestión automatizada puede suponer una pérdida de control en cuanto a las carteras invertidas, y contar con asesores financieros profesionales puede ayudar a conseguir los objetivos financieros a largo plazo.

Aplicación de la transformación digital en el sector asegurador

Entrando de lleno en el sector asegurador, podemos hablar de varias tecnologías que ya suponen una realidad en los seguros y pueden mejorar y acelerar los procesos de trabajo para ofrecer mejores servicios a los clientes. Comenzando por la Inteligencia Artificial, se trata de una tecnología que emplea una combinación de algoritmos, informática cognitiva, predicciones y aprendizaje automático para ofrecer mejoras, principalmente, en el servicio al cliente. La inteligencia artificial está cambiando y rediseñando los modelos operativos del seguro, tal y como indica el informe elaborado por KPMG sobre las macrotendencias globales del sector asegurador.

Esta tecnología, también conocida como ‘IA’, permite a las aseguradoras aumentar su eficiencia y comprender con mayor eficacia las necesidades de los clientes, puesto que es capaz de predecir y anticipar los riesgos. De esta manera, el sector se ve ante la oportunidad de adaptar su abanico de productos y desplegar nuevas contingencias de acuerdo con las oportunidades y riesgos emergentes, así como evitar fraudes en los seguros. La aplicación y adaptación de la Inteligencia Artificial en el sector asegurador aún va despacio, y este debe afrontar una serie de retos para maximizar el beneficio del uso de la IA.

Por otro lado, la tecnología Blockchain o “cadena de bloques”, se postula como una herramienta tecnológica muy útil para que las aseguradoras aumenten su transparencia y faciliten resultados en la cadena de valor, según indica Inese. Esta tecnología facilita y agiliza los procesos y transacciones, reduce los costes generales de las compañías y aumenta la transparencia de la gestión de los seguros. Adicionalmente, la tecnología RPA, que hace referencia a la Automatización Robótica de Procesos, permite reducir la carga de trabajo y el coste de las operaciones.

Como broche final, debemos mencionar la aplicación de la tecnología IoT (“Internet de las Cosas, Internet of the Things por sus siglas en inglés) para adquirir un mayor conocimiento sobre el comportamiento de los usuarios, así como su incipiente importancia en la telemedicina, sin pasar por alto el Big Data.

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