Los temas que giran en torno a la jubilación anticipada, pensiones e incentivos que atrasen el retiro laboral están a la orden del día de los debates y las próximas reformas de pensiones. A expensas de conocer las normativas que regirán las futuras jubilaciones, todo parece indicar que se revisarán las jubilaciones anticipadas para endurecer su acceso, se incentivará el retraso de la jubilación y se intentará lograr que la población que se jubile lo haga en línea con la edad legal de jubilación. Para evitar confusiones, repasamos las claves de la jubilación anticipada.
Como indicábamos en pasadas entradas, existen múltiples tipos de retiro laboral, lo que supone un amplio abanico de posibilidades para los futuros jubilados. Dentro de la propia jubilación anticipada, existen 6 tipos dependiendo de las causas de esta, e implica, como su propio nombre indica, adelantar la edad de retiro laboral en contraposición con la edad legal. A la hora de explorar las claves de la jubilación anticipada, podemos hacerlo desde dos perspectivas: a efectos de la Seguridad Social, y a efectos de la población general, tanto quien accede a ella, como quien se acoge a la edad legal.
Según los datos compartidos por el Ministerio de Seguridad Social y Migraciones correspondientes al 1 de mayo de 2020, 331.271 personas cuentan con una pensión de jubilación antes de cumplir 65 años, y cuentan con una pensión media de 2.114,40 euros. Estas cifras duplican la media nacional, que se sitúa en 1.160 euros. Las condiciones y factores para acceder a la jubilación anticipada voluntaria, entre los que se encuentran la base reguladora y los coeficientes reductores, hacen que las personas con rentas más altas cuenten con mayor ventaja pese a las penalizaciones. ¿Por qué?
La jubilación anticipada conlleva una penalización que se aplica sobre la base reguladora del pensionista, tal y como se indica en El Economista. De media, las rentas altas que adelantan dos años su retiro laboral sufren una penalización del 2%, y en las rentas más bajas los coeficientes reductores, es decir, la penalización, son hasta cuatro veces mayores para el mismo tiempo de anticipación. Estas diferencias en el sistema de jubilación hacen que los coeficientes reductores beneficien a los jubilados con mayores pensiones, aquellos que cotizan por la base máxima, frente a los que cuentan con pensiones más bajas.
La idea actual de la Seguridad Social se centra en acabar con esta desigualdad, promoviendo desincentivos más elevados a la jubilación anticipada voluntaria. Además, en términos económicos, acercar la edad de jubilación real (64) a la edad legal permitiría a la Seguridad Social aumentar la recaudación, lo que posibilitaría reducir el déficit anual del sistema y mejorar la sostenibilidad del sistema público de pensiones.
Por último, además de desincentivar el adelanto del retiro, la Seguridad Social busca premiar la permanencia de los trabajadores en su puesto de trabajo más allá de la edad legal. Sin embargo, tal y como indica el Banco de España, los incentivos para retrasar la edad de jubilación más allá de los 65 actualmente son débiles o prácticamente inexistentes, por lo que para que esto sea posible habría que llevar a cabo reformas que lo incentiven.
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