Septiembre es siempre sinónimo de vuelta al cole, vuelta al trabajo y, en definitiva, vuelta a la rutina. Y es que tras el periodo estival en que las costumbres y horarios se relajan, retomar nuestras costumbres es uno de los retos más difíciles para las familias españolas. Veamos cómo hacerlo más fácil con estos cinco consejos:
Hacerlo paulatinamente
Independientemente de cuándo hayamos vuelto, no es aconsejable a nivel físico y psicológico querer retomar todas nuestras costumbres de golpe.
Las tareas domésticas, la compra, recolocar la ropa para ir incorporando la de otoño, el gimnasio y las clases extraescolares… Retomarlas es siempre un choque psicológico que implica un gran esfuerzo, por lo que hacerlo de manera paulatina nos ayudará a que sea más llevadero.
Un ejemplo pueden ser los periodos de adaptación de los colegios durante el primer curso de los más pequeños: el primer día el niño o niña permanece solo algunas horas en el centro para ir ampliando el horario a lo largo de una semana hasta hacerlo completo.
No dejar el ocio de lado
No podemos pasar de cero a cien en una semana, por lo que este gran esfuerzo de retomar la rutina debe ir siempre acompañado de periodos de esparcimiento y ocio. El todavía buen clima de las semanas previas al otoño puede ser el mejor aliado para aprovechar las tardes dedicando unas pocas horas al ocio y a la relajación necesarias para oxigenar nuestro cerebro y afrontar los días siguientes de la mejor manera posible.
Estas horas son también ideales para mentalizar a los más pequeños del reto que supone la famosa “vuelta al cole”, en la que deben hacerse responsables ellos mismos de volver a madrugar, estar atentos en clase y, cuando proceda, realizar los deberes en casa por las tardes.
Optar por hábitos más saludables
El nuevo curso es también una oportunidad para optar por hábitos de vida más saludables. Éstos van desde los más sencillos del día a día (cambiar el ascensor por las escaleras, ir andando al trabajo en vez de tomar el transporte público o el coche…) a los más complejos, como cambiar nuestra dieta.
Los cambios en los hábitos alimenticios no afectan positivamente sólo a nuestra salud, sino que permiten que podamos realizar el resto de nuestras tareas más fácilmente.
Consumir alimentos lo menos procesados posible, con alto valor energético y poco pesados, como pueden ser los frutos secos o las verduras y hortalizas, nos harán sentir menos pesados a lo largo del día y, especialmente, a la hora de conciliar el sueño.
Priorizar los gastos
Una de las mayores preocupaciones que afecta de manera clara a nuestro bienestar psicológico es el pico de gasto que supone septiembre.
Llenar la nevera, los materiales para la vuelta al cole, nuevas prendas de ropa… todos estos gastos que debemos realizar después del desembolso de las vacaciones, termina por impactar directamente contra nuestro estado de ánimo, empañando todo lo que hagamos en nuestro día a día.
Realizar una lista con los gastos previstos y priorizarlos, así como comparar precios (y calidades) en uno u otro sitio, puede ayudarnos a superar en buena parte este obstáculo que preocupa cada vez más a las familias españolas.
Mostrar empatía
De nada sirve que nuestra vuelta a la rutina se haga más llevadera si la de los que están a nuestro alrededor se hace más compleja.
Debemos comprender que no es igual de fácil (o difícil) retomarla para unos que para otros, por lo que hacer sentir bien a los que están a nuestro alrededor puede ser un pequeño granito de arena para construir un entorno mejor en esta primera semana clave para nuestro carácter.
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