Los días más largos, el sol y las buenas temperaturas, deportes acuáticos para refrescarse… Durante el verano encontramos varias motivaciones que nos animan a hacer deporte y únicamente debemos preocuparnos por la buena hidratación y no hacer ejercicio a ciertas horas del día, pero ¿qué ocurre cuando llega el invierno? El frío, la lluvia o el viento no deben ser un impedimento para continuar haciendo el ejercicio mínimo recomendado, siempre que sigamos una serie de consejos y recomendaciones que nos ayuden a vencer algunos de nuestros pretextos para no hacer ejercicio como las ganas de quedarse en casa en un ambiente cálido o un estado de ánimo tan gris como los días.
La principal excusa será, en cualquier caso, el mal tiempo. “Hace frío fuera”, “está lloviendo y no puedo hacer nada” o el temor a coger un resfriado por las gélidas temperaturas son las frases más típicas que se pasarán por tu cabeza. Por eso, en lugar de tan siquiera plantearte hacer deporte dentro de casa, escogerás quedarte en reposo. A ti te parecerá la mejor opción, pero tanto a nivel de salud física como de salud emocional y mental será la peor alternativa.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, los adultos deben dedicar, como mínimo, 150 minutos semanales al ejercicio aeróbico de intensidad moderada. Esta cifra se reduce a 75 minutos semanales si esta actividad es, más bien, de intensidad alta. Es decir, en general, debemos dedicar 20 minutos de nuestro día a realizar deporte para obtener grandes ventajas en nuestra salud.
En primer lugar, si estás siguiendo una rutina de entrenamientos debes visualizar siempre la razón principal por la que decidiste empezar. Esta es nuestra recomendación inicial con la que recuperar la motivación para hacer deporte durante todo el año. Mejorar tu salud, verte mejor estéticamente o perder/ganar peso, sea cual sea tu motivación, piensa en ello y pon en práctica el resto de consejos:
- Busca un deporte que, principalmente, te apasione. Si te gusta la bicicleta, jugar al fútbol o al baloncesto o los partidos de tenis con los amigos, no importará tanto el mal tiempo que haga fuera. Optarás por hacer deporte ya que este será tu hobby y lo disfrutarás.
- Lo óptimo, además, es que sea un deporte que puedas practicar en esta época del año. Aparca la tabla de surf durante los meses más fríos y saca los palos de esquí o la tabla de snow. Son los reyes de los deportes de nieve que puedes practicar en esta temporada junto con amigos o familia. ¡No te olvides, eso sí, de asegurarte para practicar esquí o snow con tranquilidad!
- Otra opción es hacer uso de los gimnasios deportivos. El 28% de los españoles reconoce pertenecer como miembro o abonado a una de estas instalaciones; de hecho, casi el 50% de quienes habitualmente hacen deporte pertenece a un gimnasio (datos del Anuario de Estadísticas Deportivas 2018 del Ministerio de Cultura y Deporte). Estos espacios cerrados, es decir, aislados del frío y el mal tiempo, también pueden ofrecerte ampliar el círculo de conocidos que practican deporte, clases colectivas o el acceso a máquinas y material deportivo que no dispongas en casa.
- Para combatir el frío lo mejor será utilizar ropa adecuada, que abrigue y que sea térmica. No por ello debemos ir como si fueses una cebolla. Procura, en la medida de lo posible, utilizar materiales técnicos que, además, son ligeros y ofrecen mayor libertad para moverse.
- Es recomendable, una vez en marcha, aumentar el tiempo del calentamiento para prevenir posibles lesiones. En verano, este tiempo será menor ya que será más rápida la adaptación de nuestra temperatura con la del exterior.
No te olvides tampoco de las grandes ventajas de hacer deporte para tu salud. Entre otros beneficios, mejorarás tus defensas, tan necesarias en esta época invernal, y, psicológicamente, producirás las famosas endorfinas que te ayudarán a mejorar tu estado anímico.
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