Con la llegada de la época estival y las olas de calor, los ancianos se convierten en uno de los principales grupos de población vulnerable. La deshidratación y los golpes de calor actúan en su organismo de forma mucho más grave que en el caso de adultos.
Al respecto, no solo tendremos que llevar a cabo una serie de consejos para el verano, sino también tener en cuenta la alimentación en esta época. Normalmente con las altas temperaturas desciende nuestro apetito y descuidamos la ingesta de alimentos imprescindibles.
Planificar la dieta de los ancianos en verano
Tanto si estamos hablando de la dieta de una persona dependiente, como de la alimentación de las personas mayores en esta época lo ideal sería elaborar una planificación en cuanto a los alimentos y platos a consumir.
¿Qué no puede faltar en la lista de la compra? Frutas de temporada, hortalizas, verduras, cereales y alimentos ricos en omega 3. ¿Qué evitar? Sobre todo, grasas saturadas, alcohol, alimentos picantes y otros cuya conservación pueda poder en riesgo su organismo.
No se trata de comer de forma más abundante, pero sí que tenemos que planificar que, al verse reducido el apetito por el calor, los platos deben contener el aporte energético y de nutrientes adecuado. Así pues la clave está en reducir las calorías y aumentar las vitaminas y la cantidad de líquidos.
Consejos para su alimentación
La ingesta de líquidos, la conservación y preparación de los alimentos y la dieta rica en frutas y verduras son los tres pilares fundamentales que rigen la alimentación, especialmente pensada para personas mayores, durante los meses de verano. ¡Modificar, ligeramente, su alimentación no tiene por qué conllevar más trabajo, ni tampoco convertirse en rutinaria!
- Aumentar la ingesta de líquidos. Los expertos recomiendan consumir, como mínimo, litro y medio de agua al día. Esta ingesta debe realizarse espaciada en el tiempo. Además, podemos elaborar zumos, infusiones o batidos.
- Aprovechar los alimentos de temporada con platos ligeros y apetecibles. Las ensaladas variadas será su mejor aliado, junto con las frutas ricas en agua (melón, sandía, uvas, etc.).
- Platos ligeros y frescos como las cremas o el gazpacho de fácil digestión y más apetecibles que los guisos y caldos característicos del invierno.
- Eliminar las grasas saturadas como carnes grasas o embutidos, y mantener los alimentos ricos en omega 3 como el pescado azul.
- Extremar el cuidado con la preparación y la conversación de los alimentos. Algunos productos como el huevo o las salsas, incluso platos como las tortillas o las ensaladillas que los contengan, podrían provocar una intoxicación para nuestros mayores.
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