null Propuestas para mejorar el sistema público de pensiones

Propuestas para mejorar el sistema público de pensiones

Seguramente por todos los temas de actualidad, especialmente Cataluña o la amenaza de Corea, la problemática de las Pensiones en España “ha dejado” de estar de moda, pero eso no significa que se haya solucionado, sino todo lo contrario, porque, aunque sea un “modus operandi” muy implantado en nuestra sociedad y entre los gobernantes, raramente las cosas se solucionan solas.

España es un país con muchas posibilidades, pero en este caso, nuestra demografía y desempleo no hacen más que tensar nuestro sistema de pensiones, y lo peor es la sensación que da de agravarse con el tiempo. A finales del siglo pasado el ratio trabajador/pensionista era 7/1, ahora estamos en menos de 3/1 y para dentro de 30 años, si se mantiene la tendencia, estaríamos ligeramente por encima del 1/1. Cada año que pasa la esperanza de vida aumenta 2,5 meses.

Mi percepción es que se está ganado tiempo, con medidas como el incremento progresivo de la edad de jubilación o el número de años cotizados en el cálculo de la pensión, pero los dirigentes saben que, con la actual pirámide generacional y el coste sobre el PIB cada vez mayor, tocará reinventar el sistema de pensiones y lo peor de todo es que no va a gustar el cómo, y ese desgaste político nadie quiere asumirlo.

¿Cuáles serán esas medidas? Sabemos que tocará aumentar los años trabajados y reducir la cuantía de las pensiones más altas, pero hasta ese momento, al menos se podía dejar ya de incentivar las prejubilaciones.

Y mientras piensan cómo nos comunican lo anterior, porque lo harán, se está perdiendo un tiempo estupendo en la mayor de las obviedades, que no es otra que introducir incentivos fiscales para el ahorro privado, que habrá que hacerlo sí o sí.

Entonces, ¿por dónde se debe empezar? Concienciando sobre la necesidad que, de manera privada, se debe comenzar a constituir un ahorro no sustitutivo, pero sí complementario de la pensión pública. Este será el camino, y hay muchas posibilidades, que deberían ser lideradas por las entidades financieras, aseguradoras a la cabeza.

Y otro pilar podrían ser los planes de empleo, evidentemente con la participación de las empresas. En Estados Unidos ofrecen un buen resultado e incluso forma parte de las negociaciones colectivas, en el que las empresas aporten determinada cantidad en función de lo que aporte el empleado.

¿Y qué más ayudaría? Me parece clave que tengamos información de nuestra futura pensión, la famosa carta informativa, que debe ser impulsada por el Gobierno correspondiente.

Lo que no habría que hacer es enfrentar lo público con lo privado, ambos son ya imprescindibles. Por el principio de igualdad entre las personas se tiene que seguir apostando por un reparto solidario, pero quienes tengan recursos, creo que no deben dudar en invertirlos en planes de pensiones privados, con esa legislación más favorable que demandamos.

Mi propuesta sobre las pensiones, sería adoptar el sistema de Seguridad Social implantado en Suecia (con menores porcentajes de cotización para que no fuera tan gravoso) y complementarlo con un plan de pensiones privado mejorando la fiscalidad actual. Por no dejaros con la intriga, os hago un breve resumen del sistema sueco: sistema de solidaridad intergeneracional con dos tramos de cotización, un tipo del 16% (en España tendríamos que ajustar este porcentaje a la baja), que forma parte del sistema de reparto, y un segundo tramo del 2,5% del salario que va a un sistema de capitalización de gestión pública. Cada trabajador se construye con ese 2,5% su propia pensión obligatoria; este segundo tramo también podría aliviarse con la existencia de una legislación favorable a los planes de pensiones privados. El primer tramo es lo que se denomina cuenta nocional, que se nutre de sus cotizaciones y las de la empresa. Con ese dinero se están pagando las pensiones a los jubilados de hoy, pero a la vez se está reconociendo el derecho al trabajador para cuando se jubile, más una rentabilidad que se vincula a la tasa de crecimiento de los salarios. Al final de su vida laboral tiene una cuenta virtual de, por ejemplo, medio millón de euros. Cuando se jubila se calcula su esperanza de vida y se divide entre esos años. Si la esperanza de vida es de 20 años, le quedarían para él 25.000 euros anuales. Tiene varias ventajas. La primera es que se le reconoce lo cotizado; la segunda, que es sostenible, porque las pensiones crecen o decrecen en la medida en que lo hacen los salarios. Además, es trasparente, porque cada trabajador sabe cuánto está acumulando ya que anualmente recibes la información de lo llevas cotizado, con cuánto llegarás a la jubilación y la pensión que te quedará.

Con este sistema, cada uno puede invertir en paralelo de manera privada para complementar el nivel de pensión al que desee llegar. Y como ventaja adicional, es que te permite jubilarte a partir de los 61 años, sabiendo que tu dinero en este caso se divide entre más años. Ahí vuelve a entrar nuevamente la potenciación de los planes de pensiones privados.

 

José Andrés Mayo, Responsable de Gestión de Riesgos del Grupo PSN

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