Encontrar un trabajo estable, lograr independencia económica y la posibilidad de emanciparse a edades tempranas son algunas de las mayores aspiraciones de todos los jóvenes. Acciones que forman parte de los proyectos de vida de cada individuo y que hoy en día se encuentran lejos de la realidad, dados los múltiples obstáculos encontrados a la hora de emanciparse. Desempleo, inestabilidad laboral, viviendas a precios de vértigo… ¿qué ocurre con la emancipación en España y cuáles son los motivos por los que resulta imposible para los más jóvenes?
El hecho de que la emancipación resulte una pretensión prácticamente inalcanzable para la mayoría de gente joven demuestra el escenario económico al que deben hacer frente. Según el Observatorio de Emancipación en España elaborado por el Consejo de la Juventud de España en el segundo semestre de 2019, la emancipación de la población joven ha vuelto a descender en 2019, y se prevé que siga haciéndolo en 2020 como consecuencia de la crisis económica provocada por la pandemia. El Observatorio indica que únicamente el 18,5% de la población entre 16 y 29 años se ha emancipado; el 22,5% en caso de las mujeres, el 14,8% en caso de los hombres. Como resultado de estas pobres cifras, la edad media de emancipación en España se sitúa actualmente en los 29 años, convirtiéndose en el peor dato de emancipación juvenil desde 2002. Para entender los motivos de estos datos, debemos hablar del empleo, acceso a la vivienda, y salarios de los más jóvenes.
Comenzando por la situación laboral, pese a que la tasa de paro juvenil se haya reducido hasta el 23,8% a finales de 2019, con respecto a los máximos alcanzados en la última década (55% en paro juvenil), el número de personas jóvenes inactivas en cuanto al mercado laboral es cada vez mayor. El 46% de los jóvenes de entre 16 y 29 años era considerada población inactiva a finales de 2019, de los cuales el 87% se dedica exclusivamente a formarse. Por otro lado, de toda la población joven ocupada, el 26,9% trabaja a tiempo parcial. La temporalidad y precariedad laboral, unidos a la incertidumbre actual hace que tanto la Generación Z como la Generación Millennial se conviertan en generaciones marcadas por la inestabilidad económica.
Continuando con los ingresos y acceso a la vivienda, según la estadística de Mercado de Trabajo de la Agencia Tributaria elaborada en 2018, el 36% de los jóvenes españoles de entre 26 y 35 años que cuentan con un trabajo asalariado ganan por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, y el 50% de los jóvenes de entre 16 y 24 años cobra menos de 1.047 euros, según el Instituto Nacional de Estadística. Todo ello hace que la emancipación se antoje complicada, especialmente en lo referente a la compra de viviendas, ya que el desembolso inicial supondría el 60,4% del sueldo neto de los más jóvenes, según el Consejo de la Juventud de España. Además, unas condiciones laborales precarias imposibilitan el ahorro previo requerido a la hora de adquirir una vivienda, lo que hace que la población joven recurra al alquiler.
El alquiler continúa siendo la principal opción para los jóvenes emancipados residencialmente (58,8%) y pese a que a finales de 2019 los precios medios de alquiler en España redujeron el ritmo ascendente, tal y como indica el Observatorio de Emancipación, el alquiler de una vivienda libre supondría el 90% del salario de una persona joven. Como consecuencia, únicamente el 17,4% de la población joven emancipada vive sola, ya que compartiendo piso de alquiler se destina, de media, el 30% del salario de cada individuo.
Ante esta situación, entre las alternativas con las que cuentan los más jóvenes se encuentra retrasar la decisión de emancipación e independencia para más adelante, intentar acceder a una vivienda protegida, o vivir en casas cedidas por familiares cercanos, por ejemplo.
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