Incluso en el siglo XXI tenemos que seguir desterrando ciertos mitos y falsas creencias, especialmente, sobre temas tabús. La menopausia es uno de esos asuntos de los que, habitualmente, la población suele preferir no hablar, lo que provoca una falta de conocimiento.
Sin embargo, tenemos a nuestra disposición un amplio océano de información, estudios y artículos científicos para consultar a través de nuestras pantallas del ordenador y teléfono móvil. Gracias a todo ello, la menopausia está dejando de ser un tema tabú, aunque quede camino por correr.
“Cese permanente de la menstruación, determinado de manera retrospectiva, después de 12 meses consecutivos de amenorrea, sin causas patológicas”. Así define la Organización Mundial de la Salud la menopausia, la cual incluso cuenta con un Día Mundial, el 18 de octubre, con el fin de crear conciencia sobre la salud de la mujer y la prevención de enfermedades frecuentes en esa etapa.
Debido al aumento de la esperanza de vida, también encontramos altas tasas de mujeres que llegan a la menopausia. Además, teniendo en cuenta que suele aparecer cerca de los 50 años de vida, hablamos de que la mujer se pasa casi la tercera parte de su vida en alguna fase de la menopausia. Por ello, nos resulta de especial relevancia eliminar ciertos mitos sobre este proceso.
La menopausia es una enfermedad
Totalmente falso. Que la menopausia es una enfermedad provocada, principalmente, por la falta de hormonas es una creencia que todavía se encuentra muy extendida entre la población. Sin embargo, la menopausia debe ser considerada un periodo en la vida de las mujeres; una fase natural inevitable donde el cuerpo femenino deja de tener una función reproductora.
La menopausia lleva consigo sofocos graves que son iguales en todas las mujeres
Falso. A pesar de que los sofocos son habituales entre el 70% de las mujeres que están en la fase de menopausia, no todas los sufren ni con el mismo nivel de gravedad. Según un estudio publicado en la revista Menopause, existen cuatro patrones de sofocos, en función no solo de la intensidad sino de la fase en la que los sufran las mujeres, que van desde los sofocos tempranos durante la menstruación hasta los sofocos que persisten mucho después de la menopausia.
Durante la menopausia las mujeres aumentan de peso inevitablemente
Falso. Aunque la reducción de estrógenos provoca cambios en el almacenamiento y una redistribución de la grasa corporal que dificulta controlar el peso, no es cierto que todas las mujeres sufran un aumento considerable ni que no se pueda hacer nada por controlarlo. Los expertos recomiendan que, durante la menopausia, la mujer continúe con unos hábitos de vida saludables que incluyan deporte habitual y una alimentación equilibrada.
La aparición de la menopausia guarda relación con la edad de la menstruación
Es habitual escuchar aquello de que si a una mujer le vino la primera regla a una edad temprana, la menopausia también será a edad temprana, y viceversa. Sin embargo, también es falso, demostrando que no existe correlación entre la edad de la menarquía (primera menstruación) y la edad de la menopausia.
La fase menopáusica tampoco guarda relación con cuestiones como la raza o la talla. Sí que lo hace con mujeres fumadoras, la desnutrición, el peso bajo y la alimentación vegetariana. En estos casos, suele darse una menopausia temprana. Por el contrario, la menopausia tardía se asocia a la multiparidad y el consumo de alcohol.
Consejos para afrontar la menopausia
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social recurre al “papel protagonista” que debe adoptar la mujer en esta fase de su vida, tomando especial interés por el cuidado de su salud. Por ello, algunas de las recomendaciones que ofrece son:
- Para retardar la osteoporosis es aconsejable una dieta rica en calcio con cuatro raciones de productos lácteos al día.
- Prestar atención a la vitamina D que tendrá influencia, no solo en la asimilación del calcio y los huesos, sino también nos ayudará a mejorar el estado anímico.
- En cuanto a consejos más genéricos de la alimentación se recomienda no abusar de las grasas y utilizar pocas cantidades de sal para prevenir la hipertensión arterial.
- Evitar el tabaco, café, té y demás bebidas estimulantes, especialmente si se sufre de sofocos.
- Continuar con la práctica de deporte, adaptado a nuestro nivel físico.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.