Las altas temperaturas y la deshidratación del organismo son los principales responsables de los golpes de calor. El riesgo de sufrirlos aumenta en proporción con el mercurio del termómetro, sobre todo ante la previsión del cambio en las condiciones climáticas para un futuro no muy lejano. Las atenciones por calor de las urgencias hospitalarias también aumentan durante los días de más de 35-40º. Sin embargo, muchas personas que lo sufren lo detectan demasiado tarde, por lo que es especialmente importante saber reconocer los síntomas, cómo actuar y qué no hacer frente a un golpe de calor.
Para comenzar, debemos entender qué nos lleva a sufrir un golpe de calor. El principal factor, como indicábamos anteriormente, son las temperaturas extremas y durante muchas horas del día. Como consecuencia frente a estas, nuestro organismo suda y pierde mucho líquido, lo que provoca una mayor vasodilatación. Por ello, la mejor manera de actuar frente a golpes de calor es a través de la hidratación.
Es la principal recomendación que nos ofrece el Ministerio de Sanidad: beber agua con frecuencia, incluso sin tener sed y cuidar especialmente que ancianos y niños lo hagan. Este organismo también recomienda, como medidas preventivas, no abusar del alcohol o refrescos (provocan una mayor pérdida de líquido corporal), permanecer a la sombra o en lugares frescos o evitar hacer deporte en las horas más calurosas del día.
Mareos, fatiga, cansancio, desorientación o dolores de cabeza son algunos de los síntomas que aparecen previamente a sufrir un golpe de calor. Sin embargo, al manifestarse progresivamente muchas personas no detectan que lo están sufriendo hasta que es demasiado tarde. Si reconoces que alguien de tu alrededor puede estar siendo víctima de una insolación es importante actuar con rapidez. Algunas recomendaciones para actuar frente al golpe de calor son llevarle a la sombra, darle agua o bebidas isotónicas o quitarle la ropa para favorecer la pérdida de calor. Si quieres saber más al respecto, puedes leer nuestra entrada ‘Qué hacer ante un golpe de calor’.
Qué no hacer ante un golpe de calor
Fruto del nerviosismo o, tal vez, del desconocimiento, al socorrer podemos cometer algunos errores que pueden perjudicar, más todavía, a la víctima. Vamos a ver, a continuación, los errores más comunes:
- Mantener a la persona al sol o quitarle la ropa mientras sigue expuesto al sol. Si bien es cierto que debemos quitarle la ropa para facilitar que disminuya su temperatura corporal, es fundamental que lo primero sea llevar a la víctima del golpe de calor a un lugar con sombra.
- Darle bebidas demasiado frías, bien sea agua u otros líquidos. El problema reside en el riesgo que sufre nuestro organismo ante cambios bruscos. Por ello, se recomienda que la hidratación sea con agua fresca y de forma constante. También que, en el caso de querer darse una ducha fresca, empecemos con agua templada.
- Tirar a la persona a la piscina, río o playa de forma brusca: lo ideal, siempre y cuando tenga conocimiento, sería que entrase para refrescarse de forma progresiva.
- Descuidarse tras las primeras horas. Frente a un golpe de calor es importante no bajar la atención en las siguientes 48 horas y, sobre todo, continuar con la hidratación constante.
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