null Qué hacer ante un golpe de calor

Qué hacer ante un golpe de calor

Ante temperaturas elevadas, existe el riesgo de sufrir un golpe de calor. Los niños menores de 4 años y las personas por encima de 65 son particularmente vulnerables a este mal. Consiste en la subida de la temperatura corporal, ya sea por exposición directa al sol (insolación) o por la permanencia en espacios o zonas muy calurosas o mal ventiladas, por encima de los 40º. Suele ir acompañada de una fuerte pérdida de líquido. Esta subida artificial afecta principalmente al sistema nervioso y puede derivar en pérdidas de conocimiento o convulsiones, por lo que, en caso de producirse, es importante actuar con rapidez (llamando a Urgencia en primer lugar).

Podemos reconocer los primeros síntomas, más allá del desmayo, por el dolor de cabeza, la ausencia de sudoración (aunque es un golpe de calor fruto de un exceso de ejercicio al sol pueda estar humedecida), una respiración rápida y ligera, náuseas y vómitos y el enrojecimiento de la piel. Es importante reaccionar con rapidez con el objetivo de bajar la temperatura corporal lo antes posible, para lo cual podemos realizar lo siguiente:

· Llevar a la persona a un lugar fresco y a la sombra.

· Quitar toda la ropa posible para favorecer la pérdida de calor. Si la mojamos, puede tener un efecto aislante contraproducente. Es mejor aplicar compresas o toallas húmedas sobre la cabeza, cuello, en el pecho, ingles y axilas.

· Hacer beber agua fría o, mejor aún, bebidas isotónicas, que contribuirán a restablecer la pérdida de sales.

· Mojarle la piel en general, con hielo o agua lo más fría posible.

· Es posible introducir a la persona en una bañera de agua fría, pero siempre teniendo los riesgos de ahogamiento que conllevan que la persona esté inconsciente. La cabeza ha de estar siempre por encima del agua y se le ha de sostener en todo momento y con cuidado.

Tan importante como reaccionar a un golpe de calor es saber evitarlo. Llevar ropa ligera y suelta, de colores claros y un buen sombreo o gorra en días de sol; tomar la costumbre de estar bien hidratados en todo momento y de consumir bebidas isotónicas en días de calor excesivo; evitar el esfuerzo físico en las horas de máximo calor; y evitar el alcohol también en esas horas nos puede ahorrar un susto muy desagradable. 

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