Ha llegado el momento de la verdad. Los últimos coletazos de la gran crisis económica que marcó la pasada década han dado paso a una clara sensación de urgencia y a que el compromiso no sea solo una idea en el mundo empresarial. Los principios del Pacto Mundial de Naciones Unidas y los objetivos de Desarrollo Sostenible ya son una carta de navegación estratégica a nivel planetario.
“El año 2020 marca el 20 aniversario del Pacto Mundial de Naciones Unidas (PMNU) y el inicio de la ‘década de la acción’ de la Agenda 2030. Debemos garantizar que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sean una prioridad máxima para todos los actores de la sociedad, ya que ningún desafío de esta magnitud puede ser resuelto por un solo actor”, afirma Lise Kingo, CEO y directora ejecutiva del PMNU, en su prólogo al documento Comunicando el Progreso 2019. Un análisis de los diez principios y los ODS en las empresas españolas, presentado el pasado 30 de enero por la Red Española del Pacto Mundial, plataforma nacional de este proyecto global de transcendencia incalculable.
Todo empezó cuando el entonces secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, anunció en la reunión anual del Foro Económico Mundial (Foro de Davos) de 1999 su intención de poner en marcha un instrumento de adscripción voluntaria para promover y coordinar los esfuerzos planetarios en pos de los derechos humanos, el trabajo digno y el medio ambiente, pero también en contra de cualquier tipo de corrupción. Así, el 26 de julio de 2000 se inició un camino que entonces podía parecer abstracto, pero que se ha ido transformando en algo más y más concreto cada día que pasa desde entonces: el Pacto Mundial de Naciones Unidas, que actualmente cuenta con más de 12.500 empresas firmantes, con sede en 161 países, y 76 redes locales, entre las que destaca la española, la mayor del mundo, con 680 socios y 1.535 entidades adheridas.
El PMNU nació con dos objetivos fundamentales: incorporar sus 10 principios regidores a las actividades empresariales en todo el mundo y canalizar las acciones de apoyo a una serie de objetivos concretos relativos a diferentes esferas de la realidad global. En un primer momento, el esfuerzo se concentró en los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), aprobados por la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2000, y se definió 2015 como fecha límite para su consecución.
Llegó 2015 y se comprobó que, si bien se habían producido avances como reducir a la mitad el número de personas que viven bajo el umbral de pobreza en el mundo, quedaba demasiado por hacer. Además, la sociedad había evolucionado durante esos 15 años. La tremenda crisis económica global iniciada en 2008 había puesto sobre la mesa las enormes desigualdades sociales existentes incluso en los países desarrollados, se había multiplicado la desconfianza en las instituciones y en el tejido empresarial, la corrupción resultaba intolerable para una ciudadanía cada vez más informada y la humanidad se estaba dando de bruces con una realidad insoslayable: estábamos llegando a un punto sin retorno en la destrucción del planeta.
Agenda 2030
Así las cosas, Naciones Unidas impulsó una nueva iniciativa para dar continuidad a la agenda de los ODM, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), mucho más ambiciosos que sus predecesores. Se trata de 17 objetivos, desglosados en 169 metas, que incluyen nuevas esferas como el cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el consumo sostenible, la paz y la justicia, entre otras prioridades. Tras un proceso de negociación, el 25 de septiembre de 2015 los 193 líderes mundiales, en una reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, aprobaron el documento Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que entró en vigor el 1 de enero de 2016.
A lo largo de los cuatro años y unos meses transcurridos desde entonces se ha venido produciendo una verdadera transformación cultural o mental en todos nosotros y, sobre todo, en nuestras organizaciones -públicas, privadas y sociales-, que han tardado más en sentirse interpeladas que la opinión pública. Sin embargo, es necesario seguir trabajando, ya que no hace falta profundizar en ninguno de los 17 objetivos para comprobar que, en el mejor de los casos, flojean, cuando no están en las antípodas de la realidad, como sucede con los medioambientales. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 25), celebrada en Madrid en diciembre de 2019, Petteri Taalas, secretario general de la Organización Metereológica Mundial, afirmó: “El calentamiento global continúa. La temperatura media mundial ha aumentado en unos 1,1ºC desde la era preindustrial y los océanos se han calentado medio grado. 220 millones de personas sufrieron las olas de calor el año pasado. Estamos viendo que el hambre está creciendo de nuevo en el mundo. Ahora tenemos más de 800 millones de personas que sufren de falta de alimentos”. En poco más de 60 palabras, Taalas puso de manifiesto que al menos cinco de los 17 principios -los números 2, 3, 13, 14 y 15- tienen serios problemas.
Mutualismo y confianza
El Grupo PSN forma parte indisoluble del mutualismo, que a su vez está formado por entidades sin ánimo de lucro constituidas bajo los principios de la solidaridad y la ayuda mutua, en las que unas personas se unen voluntariamente para tener acceso a unos servicios basados en la confianza y la reciprocidad. Las mutuas se insertan en la economía social y, en palabras del expresidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, son “empresas competitivas basadas en una solidaridad que va más allá de los límites del mercado y que se extiende a la realidad social”. Dentro del mutualismo, las mutuas de seguros, en lugar de centrarse únicamente en la rentabilidad a corto plazo, tienen en cuenta aspectos más amplios, como el buen gobierno, y una responsabilidad social más profunda, además de establecer una intensa interacción con sus mutualistas para conocer sus necesidades y expectativas.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.