Con el centro de atención puesto en la crisis medioambiental, la pasada Conferencia sobre Cambio Climático, también conocida como COP25, y las conclusiones aún por definir, lo que está claro, y así lo reivindican los expertos, es que la responsabilidad de hacer cambios reales recae en todo el mundo y en todas las actividades profesionales, incluida la inversión. Es a partir de aquí donde entran en juego los Criterios ESG y las inversiones socialmente responsables.
Pero ¿qué son los Criterios ESG? Se trata de una serie de consideraciones completamente ajenas a los aspectos financieros, que se tienen en cuenta a la hora de realizar una inversión. Según sus siglas en inglés, los Criterios ESG corresponden a consideraciones que tienen que ver con el Medioambiente (environmental), Sociales y Gobierno Corporativo. 3 factores que determinarán una inversión dependiendo de aspectos como, el tratamiento, gestión e impacto medioambiental de una empresa, las condiciones y relaciones internas de una compañía, o la gestión y administración de una empresa de manera global. Los Criterios ESG para realizar inversiones socialmente responsables existen desde hace décadas, pero es ahora cuando han empezado a adquirir una mayor importancia, sobre todo la consideración medioambiental, puesto que ha comenzado una transición del mercado y sistema financiero hacia inversiones más sostenibles y responsables. En el caso del criterio medioambiental, los inversores tienen muy en cuenta factores como la gestión de residuos, el manejo del agua, emisión de gases, o la eficiencia energética.
¿Qué proyectos pueden ser considerados sostenibles?
Las industrias y compañías aún no cuentan con un baremo o etiquetado que explique sus niveles de sostenibilidad y responsabilidad medioambiental a la hora de realizar inversiones, pero sí existen áreas que han comenzado a excluirse de los fondos responsables, según Spainsif, como por ejemplo el sector armamentístico, tabaco, juegos de azar, o aquellos sectores que cuenten con un impacto directo con el medioambiente, como los combustibles fósiles, o la energía nuclear. De hecho, en España, pese a que se esté esperando a que las carteras sostenibles estén reguladas por Europa, actualmente hay 185.614 millones de euros invertidos en este tipo de fondos y se prevé que en 2022 la Unión Europea establezca el etiquetaje verde para clasificar las inversiones en función de sus emisiones de carbono e impacto ambiental.
No solo el aspecto medioambiental resulta el criterio ESG más atractivo, puesto que tanto el criterio social y de gobernanza poseen un peso importante en la consecución de espacios de trabajos y medidas que mejoren y fomenten la igualdad en el entorno laboral, así como mejoras sociales en ámbitos como la educación, investigación o sanidad.
Los criterios ESG para realizar inversiones son considerados una revolución en la toma de decisiones que permanecerá en nuestras vidas para mejorar la capacidad de gestión. Esta tendencia al alza no se trata únicamente de realizar inversiones con el fin de obtener únicamente beneficios, sino también de contribuir en realizar cambios reales y necesarios en nuestro alrededor, puesto que se trata de retos y objetivos que conciernen a todo el mundo.
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