Las razones por las que hay que tener un plan de pensiones son muchas y variadas. A continuación se expondrán algunas de las ventajas de contratarlo.
Dado que en general la pensión de jubilación suele ser menor que el último sueldo recibido, si no se disfruta de algún complemento como puede ser el plan de pensiones, el nivel de vida bajará notablemente cuando llegue el momento. Los gastos de los mayores no disminuyen en absoluto, ya que han de pagar lo mismo por los recibos correspondientes al mantenimiento de su vivienda como la luz, el teléfono, el gas, etc. En ocasiones, incluso, los abuelos han de ayudar a los familiares que se encuentran en situaciones económicas apuradas como el paro. Por ello, el volumen de desembolso mensual de los mayores no es menor que el que tenían cuando trabajaban. Las expectativas apuntan, incluso, a que en un futuro se verán congeladas o mermadas las pensiones de jubilación.
Por otro lado, las aportaciones a los planes de pensiones son muy flexibles, de modo que se puede dejar de realizar aportaciones durante algún período de tiempo. Además existen muchos tipos adaptados a la edad del contratante, sus posibilidades económicas, etc.
La movilidad es una característica a tener en cuenta ya que pueden trasladarse de entidad bancaria con bastante facilidad.
Existen, así mismo, algunos supuestos para rescatar el capital correspondiente antes de cumplirse la edad. Se trata de situaciones excepcionales como desempleo de larga duración, enfermedad grave o desahucio.
Pero la ventaja más significativa es la fiscal, pues se trata de los únicos productos por los que se pueden desgravar las aportaciones. Si se mantienen por más de dos años, los beneficios fiscales son significativos.
Como conclusión puede afirmarse que hay razones suficientes de peso para plantearse la contratación de un plan adaptado a las características personales.
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