A medida que avanza uno de los años más inesperados en las últimas décadas a raíz de la pandemia originada por el COVID-19, muchas de las actividades vuelven a retomar su curso, como la vuelta a los colegios. Tras haber experimentado la fase final del pasado año escolar a distancia, los niños vuelven a clase este mes de septiembre rodeados de incertidumbre e interrogantes, pero también con la ilusión renovada de cara seguir aprendiendo, creciendo y disfrutando. Debido a la preocupación, los padres pueden llegar a negarse a que los más pequeños vuelvan a las aulas. Sin embargo, no llevar a los hijos al colegio puede acarrear importantes consecuencias legales.
Pese a que continuamos inmersos en la crisis sanitaria, las diferentes autoridades y profesorado continúan poniendo a punto los protocolos pertinentes para que la vuelta al colegio se produzca de manera segura con todas las medidas que permitan guardar distancia de seguridad, así como la higiene de manos y uso de mascarillas. Pese a que se suele dar por hecho, debemos recordar que en España la educación resulta obligatoria desde los 6 hasta los 16 años. Aun así, son muchos los padres que en este punto se plantean la posibilidad de que los hijos no acudan a los centros escolares. Lo que quizás no saben es que, no llevar a los niños al colegio sin una razón justificada se traduce en absentismo escolar y tiene repercusiones dentro del Código Penal y el Código Civil.
Por un lado, según se explica en SER, el absentismo escolar puede desembocar en penas de prisión de tres a seis meses, o multa de seis a doce meses, de acuerdo con el artículo 226 del Código Penal en caso de “dejar de cumplir los deberes legales de asistencia inherentes a la patria potestad, tutela, guarda o acogimiento familiar, o de prestar la asistencia necesaria legalmente establecida para el sustento de los descendientes”.
Por otro lado, el deber asistencial referente a la educación reflejado en el artículo 154 del Código Civil y la Constitución también puede verse afectado por el absentismo escolar. En caso de que se detecte una conducta absentista, puede llegar a activarse el protocolo de absentismo escolar, dando lugar a la intervención de los centros escolares en primera instancia.
Tal y como indican los expertos, se trata de una situación nueva y excepcional, por lo que los futuros escenarios estarán condicionados por la evolución de la situación sanitaria y las circunstancias que puedan surgir. Más allá de los aspectos que se encuentran ajenos a nuestro control, los profesionales de la psicología instan a seguir una serie de recomendaciones para gestionar el miedo y la incertidumbre de niños y mayores.
Es importante transmitir motivación y positivismo a los más pequeños para que vuelvan a las aulas preparados para reencontrarse con compañeros y profesores, siempre y cuando se produzca de manera saludable dentro de los parámetros de la nueva normalidad, y así vencer cualquier incertidumbre. Los adultos deben transmitir seguridad y tranquilidad a los niños de hasta seis años, puesto que cuentan con la referencia de los propios padres a la hora de interpretar las situaciones. En cuanto a los niños de entre seis y doce años, no se les debe negar la realidad, puesto que deben cumplir con todas las medidas de seguridad, pero deben ser tranquilizados igualmente para superar cualquier temor que les impida acudir a los centros escolares. Por último, es importante tratar el tema con adolescentes y preadolescentes con transparencia para que aprendan a vivir con prudencia siguiendo los protocolos de seguridad.
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