En un 2020 en el que ha quedado demostrado que el cuidado de la salud debe ser una prioridad en todos los ámbitos de nuestra vida, el Día Mundial de la Diabetes se presenta un año más como una gran oportunidad para continuar sensibilizando acerca de esta enfermedad. La prevalencia de la diabetes y el constante aumento de su presencia a nivel global hace que la concienciación y la educación se conviertan en elementos clave en su prevención, especialmente desde niños.
La diabetes es conocida de manera global como uno de los problemas sanitarios más graves, situándose como la cuarta causa de muerte en la mayoría de los países desarrollados, según indica la Fundación para la Diabetes. Se trata de una enfermedad silenciosa que crece de manera alarmante cada año y que cuenta con un elevado número de casos en España: el Estudio di@bet.es nos muestra que el 13,8% de los españoles mayores de 18 padece diabetes tipo 2, lo que equivale a más de 5,3 millones de personas. Además, factores como la tasa de obesidad, que se encuentra en el 28,2% de la población española, contribuyen al aumento de la diabetes de manera progresiva.
Ya en 2015 cerca de 30.000 niños menores de 15 años padecían diabetes tipo 1, y aproximadamente se descubren 17,7 casos de diabetes entre menores de 14 años por cada 100.000 habitantes al año, según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria de Atención Primaria.
El principal factor de riesgo para desarrollar diabetes de tipo 2 entre los niños es la obesidad. Las cifras publicadas por la Sociedad Española de Cardiología a través del Estudio Nutricional de la Población Española revelan que cerca del 40% de los niños de entre 3 y 8 años padecen obesidad o sobrepeso, lo que conlleva en una mayor probabilidad y mayor riesgo de padecer obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer llegada la edad adulta.
De esta manera, una de las maneras de prevenir la diabetes desde edades tempranas pasa por adoptar hábitos saludables, tanto a nivel alimenticio como físico. Para evitar la obesidad, es necesario que los niños lleven una alimentación saludable que se adapte dentro de sus hábitos diarios. Asimismo, el deporte juega un importante papel a la hora de prevenir enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes, y los más pequeños deben evitar el sedentarismo y practicar actividades físicas de manera cotidiana, en función siempre de su edad.
La adopción de estilos de vida y hábitos saludables entre los niños es responsabilidad de las familias y profesionales sanitarios, dentro de la denominada educación para la salud, que incluye la mejora del conocimiento y desarrollo de habilidades que conduzcan a mejores estados de salud. Sin embargo, dicha educación también cuenta con un peso importante dentro de las aulas y los centros educativos. De hecho, los colegios son considerados el entorno ideal para educar en salud y concienciar sobre la alimentación y la actividad física, con vistas a prevenir la obesidad. En esta ecuación entra en juego la enfermera escolar, y así lo defienden los colectivos de enfermería.
Tal y como leemos en Enfermeria tv, la presencia de la enfermera escolar en los centros educativos ayuda en la prevención de la diabetes. Esta figura se encuentra completamente capacitada para frenar los hábitos no saludables, luchar contra la inactividad física y aplicar medidas para prevenir la diabetes, considerada ya la enfermedad crónica que más padece la población infantil.
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