En un post anterior te contábamos que existen tres aspectos clave para aspirar a la ansiada libertad financiera mejorando, lo antes posible, tu economía doméstica: actuar sobre tus gastos, lograr quedarte sin deudas y ahorrar para vivir desahogadamente. Precisamente, en ese artículo te dimos las claves para reducir gastos, de un modo eficaz; ahora toca atacar el segundo frente: resuelve tu deuda y vencerás.
Atendiendo a la regla del 50/30/20, lo ideal es que nuestro endeudamiento no supere el 30% de nuestros ingresos. Aquí hablaríamos de hipoteca, préstamos, tarjetas de crédito o pagos a plazos, incluyendo también facturas sin pagar o cualquier débito que podamos tener con familiares, amigos, etcétera.
Sin embargo, existen varias teorías al respecto de lo que puede considerarse un grado de endeudamiento sano. Muchos expertos afirman que existe una tipología de “deuda buena”, que es la hipotecaria, es decir, a largo plazo y a bajo interés. Otros apuntan a que toda aquella que al final pueda acarrear ingresos en un futuro también es positiva: financiación de negocios o formación, por ejemplo. Y los más estrictos consideran que todo aquello que implique la necesidad de acudir a dinero más allá del que ya tengamos en mano, implica vivir por encima de nuestras posibilidades y, por lo tanto, deberíamos evitarlo.
¿Cómo consigo vivir sin deudas?
Sea cual sea la opción a la que aspiremos, reducir nuestras deudas siempre va a resultar beneficioso para nuestras finanzas personales. Y para hacerlo, hay tantas maneras como personas, aunque algunas son bastante populares, aunque para todos resulta imprescindible detectar cada una de nuestras deudas (sí, porque en ocasiones no somos conscientes de que dividir en tres una compra online es una deuda, por poner un ejemplo del día a día).
Una vez localizadas, debemos tener claro el importe pendiente, el tiempo que, al menos en teoría, tardaremos en saldar cada una de ellas (duración del crédito, periodo en el que terminaremos de devolver ese préstamo a un familiar…) y el tipo de interés correspondiente a cada una de ellas. Después, en función del método, estableceremos uno u otro orden.
En este post detallaremos el procedimiento de los dos métodos más populares: el método bola de nieve y el método avalancha. En ambos casos necesitarás ir más allá de los pagos mínimos o plazos estipulados con cualquier tipo de cantidad extra que puedas destinar a ello. Si no has leído nuestro post sobre cómo reducir tus gastos, puede ser un buen momento para conseguir contar con más liquidez para abonar tus deudas. Si aun así no te resulta posible contar con algún extra, sea cual sea tu grado de endeudamiento, vas a necesitar una vía para obtener ingresos extra.
El método bola de nieve
Se trata de la opción para la que, sin lugar a dudas, necesitaras un menor gasto inicial para atacar tus deudas, por lo que es ideal para aquellas personas que se ven más apuradas con sus ingresos. Además, tiene un importante componente motivacional, ya que implica ir liquidando las deudas más sencillas una a una y reduciendo la cantidad de débitos a los que hacer frente.
Para llevar a cabo esta estrategia, ordenaremos nuestras deudas de menor a mayor importe total, y escogeremos la primera, es decir, la más pequeña, para inyectar como adelanto, además de la cuota correspondiente para saldarla, esa cantidad extra para aumentar la destinada a terminar con ella.
De este modo, la finalizaremos antes, y nuestro objetivo será la siguiente deuda más pequeña, a la que, además de la cuota mínima que veníamos abonando, incorporaremos la cuantía que destinábamos a la que ya hemos resuelto, hasta que también liquidemos esta deuda. Así seguiremos, una a una, destinando la cuantía periódica que hemos liberado de la anterior para pagar todas más rápido.
Por ejemplo, si tuviéramos 3 deudas cuyo pago mínimo mensual fueran 100, 300 y 500 euros, primero abordaríamos la de 100 incorporando la cantidad adicional que fuera posible. Una vez liquidada, atacaríamos la siguiente, pagando, al menos, 400 euros mensuales (300 + los 100 de la anterior incorporando una cantidad adicional siempre que sea posible). Al terminar con ella, dedicaríamos 900 euros como mínimo (500+300+100 y, si se puede, algo más). En resumen, el proceso consiste en ir eliminando deudas una a una de la manera más rápida posible gracias a incrementar la cuantía destinada a ello, que crece como una bola de nieve.
También hay expertos que recomiendan hacerlo justo a la inversa: centrarse primero en salir de la deuda por un mayor importe, lo que implica un mayor desahogo con cada liquidación. Sin embargo, para ello hay que contar con más ingresos que con el método original y/o más tiempo para comenzar a eliminar préstamos pendientes, lo que en muchos casos puede acarrear una mayor tasa de abandono.
El método avalancha
En este caso, el objetivo no es tanto reducir más rápido el número de deudas como pagar un monto total más pequeño, debido a los intereses que nos ahorraremos. Para ello, no ordenaremos las deudas por su importe, sino por su tipo de interés, haciendo frente en primer lugar, con el dinero extra, a la que tenga un mayor tipo de interés, y pagando la cuota mínima en el resto. Una vez liquidada, iremos incorporando la cantidad que destinábamos al pago mínimo de la siguiente deuda con mayor tipo de interés, siguiendo la misma dinámica que con la bola de nieve.
Reunificar deudas
Otro método que se hizo muy popular hace unos años, aunque con el tiempo acabó siendo bastante criticado, es el de contratar un préstamo de reunificación de deudas. Sus principales puntos fuertes son el tener que enfrentarse con una única deuda y una cuota inferior a las abonadas de manera independiente, a costa, eso sí, de alargar en muchas ocasiones la duración de tiempo de endeudamiento e incluso la cuantía total, debido a los intereses durante ese periodo más largo. Tienes toda la información sobre la reunificación de deudas en este post.
Una vez que hayamos conseguido reducir gastos y eliminar nuestras deudas (al menos, las que nos impiden disfrutar de cierta tranquilidad) ya habremos hecho un gran avance para contar con una economía doméstica saneada en el momento presente. Sin embargo, nos queda por delante uno de los retos más importantes: conseguir ahorrar para disfrutar de un nivel de vida y unas garantías de futuro necesarias tanto para nosotros mismos como para nuestra familia. Abordaremos el ahorro y sus principales aristas próximamente.
Jose Carlos San Martin Muñiz
23-feb-2024
He leido el paso 2 para impulsar mi economía doméstica. me ha parecido bien.
Grupo PSN
01-mar-2024
Gracias, José Carlos. Esperamos que te resulte útil. Un saludo.
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