null Todo lo que debes saber si no necesitas un seguro de Vida

El seguro de Vida es una herramienta diseñada para quienes buscan garantizar que, en caso de que fallezcan, se entregue una cuantía económica a la persona o personas designadas para ello. Dicho así, no resulta complicado hacerse a la idea de que es un producto caro, innecesario para las personas jóvenes y, en muchos casos, poco práctico, ya que si la muerte no llega en el periodo pactado habrás tirado el dinero invertido y, por el contrario, si cuentas con un patrimonio adecuado ni siquiera necesitas este tipo de instrumentos.

Nada más lejos de la realidad que todos estos mitos: el seguro de Vida otorga, por una cantidad reducida, tranquilidad y desahogo económicos para la familia de una persona que fallece, lo que lo convierte en un elemento importante en la economía doméstica. Aunque sea un tabú en nuestra sociedad, en realidad todos somos conscientes de que la muerte puede llegar en cualquier momento y de cualquier manera, y de que siempre supone un inevitable mazazo emocional para nuestros allegados. Lo que no nos paramos a analizar es que también tiene importantes consecuencias económicas en la familia, y por muy amplio que sea el patrimonio que queda en herencia, siempre acarrea pérdidas financieras e incluso de nivel de vida en un momento ya de por sí muy difícil para quienes lo sufren. Y el seguro de Vida puede evitarlo.

7 razones para (no) contratarlo

Con todo, es posible que sigas convencido de que no necesitas un seguro de Vida, o de que sería un gasto superfluo. Si te identificas con alguno de los siguientes casos, sigue leyendo, porque quizá haya llegado el momento de que te plantees buscar más información.

Tengo unos ingresos altos que respaldarán a mi familia si algo me sucede

Posiblemente tengas razón en que tus ingresos sean altos, pero la realidad es que estos se terminan cuando tú mueres. Las pensiones de viudedad y de orfandad no tienen nada que ver con el salario de la persona fallecida, sino que implican una drástica reducción de los mismos, llegando a generar auténticos dramas familiares tanto en casos en los que estas cuantías son claramente insuficientes como, sobre todo, en aquellos en los que el nivel de vida y los gastos a cubrir son elevados. Hablamos del 52% de la base reguladora en el caso de la pensión de viudedad con carácter general, y del 20% en la de orfandad.

Cuento con un importante patrimonio y no será necesario más dinero

 En línea con el razonamiento anterior, que tu patrimonio posibilite un estilo desahogado en la actualidad no significa que no tengas que protegerlo, y es que no se trata de que aumente tu fortuna en caso de fallecimiento, sino de tratar de que los tuyos puedan mantener su nivel de vida. La muerte acarrea gastos, la tramitación de las herencias, las gestiones derivadas… son solo el golpe inicial, que puede verse amplificado si se interrumpen los ingresos que mantienen ese patrimonio y si por estas circunstancias, además, los gastos aumentan, tal y como suele suceder. Es decir, la falta de previsión es en muchos casos la culpable de la desaparición de las fortunas familiares.

No contrataría un seguro de Vida porque su precio es elevado

 Tenemos que decir que te equivocas; por lo general los seguros de Vida son sensiblemente más baratos que los de coche y su precio anual, en función de tu edad, puede ser menor que el de una cena en un restaurante medio. Para que te hagas una idea, podemos hablar del entorno de 85 euros al año para que una persona de 45 años garantice un capital de 100.000 euros. En el caso en que no estés pasando por tu mejor momento económicamente hablando, más importante será que garantices el futuro de los tuyos. En cualquier caso, infórmate y descubrirás que el precio nunca va a ser un motivo realista para no estar protegidos: nadie se ha arruinado jamás por contratar un seguro de Vida, pero sí hay familias que lo han hecho por no haber contratado uno de estos productos.

Es tirar el dinero

 La mayoría de los seguros de Vida cubren hasta una determinada edad del asegurado, protegiendo a los suyos con un capital interesante en caso de fallecimiento hasta esa edad delimitada, pagando una cantidad proporcionalmente muy reducida por ello. Lógicamente, lo ideal es que nunca llegue a ser necesario que tu familia cobre ese dinero; que lo hagan significará que has muerto. Hay que puntualizar que no es sólo el seguro de Vida, la mayoría de los seguros de todo tipo cubren un riesgo que, si no se da, no resulta necesario indemnizar, pero que, si se da y no está cubierto, la solución puede ser bastante inaccesible desde el punto de vista económico y, en algunos casos, incluso legal. Sin embargo, si quieres garantizar el cobro de una prestación, sí o sí, existen seguros de Vida vitalicios, que no contemplan la edad de fallecimiento del asegurado, sino que abonan el capital pase lo que pase y suceda cuando suceda.

Aún soy joven

 Todos sabemos que, lamentablemente, los imprevistos no son cuestión de edad y quienes dependen de ti podrían tener problemas aún mayores que si hubierais tenido más tiempo para ser previsor. Y si aún no tienes una familia a la que proteger, es cierto que la cobertura de fallecimiento no es la más interesante, pero tendrás que pensar en ti y tu bienestar. ¡Sigue leyendo y lo entenderás!

Una cobertura por fallecimiento no es prioritaria para mí

 Hablemos del caso en que tu estilo de vida hace que la posibilidad de morirte no vaya a ser un problema mayor. Puede darse porque no cuentas con personas a las que dejarías en una situación de desamparo, o bien porque eres consciente de que existen otros posibles imprevistos que pueden afectar a tus seres queridos, pero también, e incluso sobre todo, a ti, ya que seguirás aquí, pero en unas condiciones peores, en muchos sentidos. Hablamos de la posibilidad de sufrir una invalidez que te impida seguir trabajando (el seguro de Vida cubre la incapacidad permanente total), de una enfermedad grave que acarree las mismas consecuencias, o de una situación de dependencia, algo que no siempre tiene que ver con la edad ni con el nivel de ingresos o el patrimonio de una persona. Pero todas estas situaciones tienen en común el empeoramiento de la calidad de vida de la persona y un importante descenso del citado nivel de ingresos (cuando no total), junto con unos importantes gastos derivados de esta misma situación: atención sanitaria, tratamientos, cuidados varios, desplazamientos…  Pero no es necesario ir tan lejos: una simple baja laboral genera pérdida de ingresos, mucho más importantes en el caso de los empresarios y trabajadores por cuenta propia. Pues para hacer frente a todas estas contingencias, existen seguros que contemplan garantías al respecto, incluso los hay que se centran exclusivamente en algunas de ellas.

Ya soy mayor para contratar uno

 Si bien es cierto que en muchos casos la edad de contratación está limitada en este tipo de productos y que sus coberturas tienden a finalizar también en un momento determinado, existen versiones y modalidades de seguros de Vida que cuentan con una amplia edad de contratación y que garantizan protección más allá de los límites habituales, incluso para toda la vida. Es esencial informarse para conocer cuál es la mejor opción para cada caso.

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