null Cómo implementar el teletrabajo en la empresa

Los empleados que trabajan desde casa son un 13 por ciento más productivos, toman menos días de enfermedad y suelen presentar una mayor satisfacción laboral en general, según la Universidad de Stanford. Por otra parte, ahorra costes de oficina, materiales y personal, así cómo contribuye a una ciudad menos congestionada y a emplear menos el coche. Es, claramente, una forma de trabajo mucho más eficaz y al alcance de cualquier compañía gracias a la tecnología. Sin embargo, ¿por qué el teletrabajo sigue pareciendo una utopía?

Aunque la naturaleza del teletrabajo no se ajusta a las necesidades de cualquier organización (pensemos en hospitales o comisarías de policía), existen tres tipos de razones concretas que están dificultando su adopción. Al contemplarlas, es importante recordar que el teletrabajo es una opción flexible, que no implica necesariamente una oficina desierta, sino que puede ser altamente eficaz con algunos empleados reuniéndose algunos días por semana o por mes; siempre según las necesidades del negocio.

Comunicación

Existe el temor a que la desaparición del contacto cara a cara conlleve la pérdida de procesos de comunicación valiosos. Es posible replicar la comunicación entre trabajadores (e incluso mejorarla) a través de multitud de herramientas que ayudan a evitar la pérdida de productividad. Para los contactos rápidos, existen los chats entre empleados (algo que, de todos modos, ya se emplea en muchas oficinas); para asuntos más complejos, el correo electrónico y las herramientas de discusión grupal y acceso compartido a documentos son una de las soluciones. Finalmente, para contactos más importantes o reuniones de equipo, aún tenemos el teléfono o las videoconferencias. La clave está en saber elegir la herramienta adecuada para cada situación.

Coordinación

Los gestores tienen un miedo razonable a perder el control sobre sus equipos al tenerlos dispersos por la ciudad (o el mundo). Es importante no tomar el teletrabajo a la ligera, sino tener claras las rutinas de trabajo del equipo. Tiene que estar claro para todos los trabajadores cuánta información y cómo han de compartir, las reuniones virtuales y cómo consultar los archivos comunes del equipo.

Cultura

Combinando reuniones presenciales de equipo y una gestión proactiva de los líderes del equipo, se trata de generar confianza y buenas relaciones entre los miembros los miembros. Ya no se trata de trabajar en la soledad de la oficina, donde uno lleva a cabo su trabajo individualmente rodeado de gente, sino de lograr que, gracias a unas condiciones de trabajo más agradables, los trabajadores se tomen su trabajo como un desafío a batir junto a los demás miembros del equipo.

En el fondo, se trata de aprender a gestionar una nueva forma de organización de la empresa. Los beneficios en productividad y satisfacción laboral son importantes. ¿Acaso no es eso lo que toda empresa busca?

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