Si has disfrutado de tus vacaciones, seas más de playa o de montaña, o aunque seas de los afortunados que todavía gozan de algunos días de descanso, seguro que el fantasma de la depresión posvacacional ronda tu cabeza.
Volver a la rutina tras amables días de relajación y disfrute a menudo genera desequilibrios emocionales o ansiedad en las personas. Sin embargo, a día de hoy, la comunidad científica no es capaz de ponerse de acuerdo acerca de considerar realmente este proceso como una patología psicológica o no.
Exista o no, ¿cuáles son sus síntomas?
Quizá, más allá de ponernos excusas para no realizar nuestras responsabilidades de manera correcta, no haya nada más detrás. Sin embargo, muchos españoles aseguran sufrir fatiga, dificultad para conciliar el sueño, apatía y síntomas derivados de la ansiedad y el estrés generados por el cambio de un entorno del tiempo de ocio hacia la rutina del trabajo.
Cada persona experimenta de manera diferente esta adaptación, pero sin duda está generalizada en la sociedad española, hasta el punto de que se ha llegado a afirmar que uno de cada tres trabajadores sufrirá este proceso al reincorporarse a su empleo.
Mala concepción del trabajo
Mientras que los expertos sanitarios alegan que este trastorno podría ser más propio de países como España, los medios de comunicación nacionales se preparan todos los años, por estas fechas, para otorgar al ciudadano las pautas para superar los males de la vuelta al trabajo, así como en este blog podrás encontrar los consejos para llevar mejor la adopción de la rutina.
Sin embargo, la incapacidad de la comunidad sanitaria por encontrar un marco común para definir esta patología, en ocasiones se asocia a entornos laborales desfavorables o, simplemente, a una percepción negativa del trabajo en sí mismo. Otros países no conciben como nosotros este shock llegado septiembre.
Síndrome o no: Cómo puedes hacerle frente
Una cosa es cierta: a pesar de ser conocido como “síndrome posvacacional”, los médicos sí que coinciden en que no tiene la categoría de síndrome. Sea reconocido o no, tenga orígenes socioculturales o sencillamente sea un período difícil de afrontar, puedes contar con estos consejos para hacerle frente de la mejor manera a la cita con el despertador y la jornada laboral:
- Evita el golpe contra la realidad. Si vas a reincorporarte a tu puesto de trabajo, procura que no sea la mañana siguiente a tu regreso de las vacaciones. Espacia un poco la vuelta a la rutina, con pequeños progresos cada día.
- Reparte tus vacaciones a lo largo del año. Grandes periodos de descanso pueden provocar un mayor contraste a la hora de regresar a las responsabilidades. En cambio, repartir tus días de asueto en el calendario te hará más fácil las cosas.
- Acompaña tu regreso con actividades gratificantes. El deporte, por ejemplo, puede ayudarte a desconectar y mantener tu mente alejada de la presión que puede generarte el trabajo.
Tomarse la vuelta al trabajo poco a poco y con buenos propósitos para empezar de nuevo nos ayudará a afrontarlo con energía, ¡ánimo!
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