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Dependencia: qué es y cuáles son sus grados

La dependencia es una situación que, cada vez más, todos conocemos, y que supone un cambio radical en la vida de las personas que la padecen y de sus allegados. Todo lo que conlleva para la salud y el día a día, pero también para la economía y el bienestar de los seres queridos, son factores que debemos tener en cuenta porque las ayudas que existen rara vez son suficientes. En este artículo te contamos gran parte de lo que debes saber.

¿Qué es la dependencia?

Cuando hablamos de que a una persona le ha sobrevenido una situación de dependencia, nos referimos a que, de manera permanente, necesita de la atención de otra persona o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria. Esta situación puede darse por la edad, una enfermedad, un accidente o derivada de una discapacidad.

Se trata de una circunstancia creciente y cada vez más extendida, debido a que, tal y como muestran los informes y proyecciones demográficos, somos más longevos y es inevitable ir perdiendo determinadas capacidades. A inicios de 2024, en España había cerca de 10 millones de personas mayores de 64 años, un 20,4% del total. Se calcula que supere el 30% en 2055 y, con ella, el total de personas dependientes.

¿Cuáles son los grados de dependencia?

Existen tres grados, tal y como recoge la ley, que se establecen a través de un número de puntos, con un máximo de 100, en función de las actividades para las que la persona necesite ayuda. Este baremo se establece a través de la actuación de los Servicios Sociales. De 0 a 24 puntos se considera que no existe dependencia, aunque pueda haber discapacidad.

Los grados de dependencia son los siguientes:

  • Grado I (dependencia moderada): De 25 a 49 puntos. Se aplica a personas que necesitan ayuda para sus actividades diarias al menos una vez al día, o bien con carácter limitado o intermitente.
  • Grado II (dependencia severa): De 50 a 74 puntos. Cuando la persona necesita 2 o 3 veces al día, pero no apoyo permanente o extenso para mantener su autonomía.
  • Grado III (gran dependencia): A partir de 75 puntos. El afectado necesita ayuda varias veces al día y un apoyo continuo o generalizado debido a la pérdida de su autonomía física, mental, sensorial o intelectual.

Estos grados, junto con el tipo de cuidados requeridos y dependiendo de si se imparten o no en el entorno familiar, influyen directamente en las ayudas asistenciales y económicas públicas que corresponden a cada persona. Sin embargo, su concesión es lenta y estas tienden a ser insuficientes: un máximo de 94 horas mensuales de asistencia a domicilio o una prestación económica de hasta 747 euros para el pago de residencias son, en términos generales, las prestaciones máximas en caso de gran dependencia.

Si quieres saber más sobre estas cuantías económicas y sobre el caso de los cuidadores no profesionales de dependencia, ya que en muchos casos son los propios familiares quienes asumen la atención a sus dependientes, compartiremos esta información contigo en un próximo artículo.

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