Mejorar el conocimiento económico de la sociedad es una necesidad de primer nivel dado que los jóvenes españoles están muy por debajo de la media de la OCDE y de los importantes retos que plantea el escenario de bajos tipos de interés.
Los conocimientos básicos económicos de la población son cada vez más necesarios. Más allá de la necesidad de hacer rentar los ahorros para disfrutar de un mejor nivel de vida, el Estado de Bienestar está demostrando (y reconociendo) su incapacidad para garantizar todas las necesidades de la sociedad de manera integral, afirmación especialmente palpable en temas como las pensiones o la dependencia. Por este motivo, el conocimiento y la responsabilidad individual entran en juego de forma vital.
Según el Informe PISA 2015 Financial Literacy, que analizó la cultura financiera de los estudiantes de 15 años de más de 60 países del mundo, los conocimientos sobre este campo de nuestros jóvenes son inferiores a la media de los países de la OCDE. Solamente el 6% de los jóvenes españoles posee los conocimientos que les permitan comprender productos financieros complejos, frente al 12% de la media del conjunto de los países analizados, y el 25% se engloba en el grupo de quienes no tienen ni las nociones básicas, frente al 22% de media de la OCDE.
Ante la consciencia de esta situación, se realizan diferentes acciones encaminadas a fomentar esta educación económica. En 2008, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) pusieron en marcha el Plan de Educación Financiera 2008-2012, que se ha renovado para el periodo 2013-2017. Su objetivo es mejorar la cultura financiera de los ciudadanos, dotándoles de los conocimientos básicos y las herramientas necesarias para que manejen sus finanzas de forma responsable e informada. Igualmente, el 10 de febrero de este año, Insurance Europe, federación de patronales del seguro a la que pertenece Unespa, publicó Una hoja de ruta para las pensiones. Ahorrar suficiente, de forma adecuada y con criterio. Ante el envejecimiento de la población y la reducción de los recursos públicos, los ciudadanos europeos deben aprender a organizar sus ahorros y finanzas para disponer del capital necesario para, después de la jubilación, mantener su nivel de vida y estar en condiciones de hacer frente a imprevistos y situaciones de dependencia.
ero ¿cuál es la situación actual en lo que respecta al ahorro de la población? Según Carlos Llamas Pombo, socio director del Grupo EDM, una de las entidades de gestión de fondos de inversión más serias y solventes de nuestro país, “se está produciendo un flujo de cambio de vehículo, por así decirlo, del ahorrador con depósitos al que pone su dinero en fondos de inversión, que no solo aportan una mayor rentabilidad, sino que diversifican más, por lo que, en cierto sentido, pueden considerarse más seguros, ya que no concentran el capital en un solo emisor. Además, se trata de productos altamente regulados y controlados, lo que también contribuye a minimizar el riesgo”.
¿Vulnerabilidad femenina?
Al pasar de la teoría a la práctica, lo cierto es que las mujeres cuentan con menos productos de vida-riesgo, ahorro e inversión a largo plazo que los hombres. Según datos de la patronal española del seguro, Unespa, el 52,20% de los hombres españoles cuenta con algún aseguramiento de vida individual, frente al 37,40% de las mujeres. También existen diferencias en el capital medio asegurado por los clientes según su sexo. Los hombres aseguran como media un capital de 42.082 euros, mientras que las mujeres aseguran 34.006, un 20% menos.
No obstante, la tendencia parece estar cambiando. En el Informe Estamos Seguros 2016, Unespa afirma: “cabe destacar que existe una dinámica en el tiempo que tiende a cambiar esta realidad. Si se comparan los datos del año 2015 con el más antiguo de los estudios de ICEA disponibles, de 2004, se observa que, si bien la tasa de aseguramiento de los hombres ha descendido en unos cinco puntos porcentuales, la de las mujeres ha ascendido en tres”.
El asesoramiento personalizado es la clave
Carlos Llamas cree que, en general, el nivel de educación financiera es bastante bajo en España, aunque se percibe una mejoría progresiva de diez años a esta parte. Por su parte, Jesús Rioja, director general de PSN Mutua, añade que “el desconocimiento a menudo lleva a tomar decisiones inadecuadas, pero en el ámbito financiero el riesgo es mayor, porque las consecuencias suelen ser a medio y largo plazo y el coste económico es muy alto”. “Antes de aconsejar una estrategia, es necesario construir el perfil del cliente, en el que no solo influye la cantidad de riesgo que está dispuesto a asumir, sino su edad, sus circunstancias personales, su patrimonio y sus rentas actuales y previstas”, según Llamas. Según Rioja, además, un alto porcentaje de los productos financieros se venden a través de las redes bancarias, y el resultado es una combinación de mucho riesgo, ya que no suelen ofrecer un trato personalizado a sus clientes, lo que ha dado lugar a un clima de desconfianza creciente. “En este sentido, las aseguradoras podemos adquirir mayor protagonismo. Todos los que formamos parte del Grupo PSN sabemos que nuestro compromiso con el asesoramiento de calidad está en el núcleo de nuestra manera de entender esta profesión: descubrir las necesidades particulares de cada mutualista, realizar un correcto diagnóstico y aportar soluciones adecuadas es, en esencia, facilitar un servicio personalizado, exclusivo y responsable”. Contar con un profesional cualificado, que tenga acceso a una formación permanente para consolidar los conocimientos y las habilidades adquiridas gracias a la experiencia diaria en gestión de riesgos, es cada vez más demandado por los ciudadanos. “En este sentido, estamos ante una profesión de futuro”, explica Rioja.
La formación de los expertos
Los profesionales en asesoramiento, lógicamente, tienen que poseer esos conocimientos financieros con los que la población no siempre cuenta. “Es responsabilidad de la entidad facilitar a sus empleados el máximo conocimiento para que sean expertos y puedan asesorar con garantías”, asevera Jesús Rioja. “El asesor debe explorar nuevas ideas, así como las tendencias y los modelos que existen en el mercado, con el fin de estar actualizado en todo momento y con el objetivo de que las novedades y los cambios, en un área tan hiperactiva como los seguros, el ahorro y la inversión a largo plazo”.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.