Dentro de los esfuerzos por generar una nueva cultura y valores en torno a la tercera edad, el acceso de los mayores a la tecnología es una asignatura principal.
Estamos en plena entrada en la era de la digitalización y del fomento de gadgets y wearables que nos facilitan la vida a todos de una manera sustancial. En paralelo, nos encontramos con un gran esfuerzo de las administraciones y otros agentes implicados en el sector, por fomentar la cultura del envejecimiento activo. Ambas tendencias están llamadas a apoyarse la una a la otra para generar un gran cambio en la vida de las personas mayores, dependientes o no.
Barreras de acceso de las personas mayores a las nuevas tecnologías
Es verdad que, aunque las tecnologías son ventajosas para la tercera edad, ésta se siente alejada de ellas. Los motivos se deben claramente a la brecha generacional y se manifiestan en:
- Sensación de complejidad de uso. Es cierto que requiere un aprendizaje, pero no de la manera en la que una persona mayor se imagina, ya que la usabilidad de los dispositivos ha experimentado un gran avance
- Las limitaciones físicas como el déficit visual y cognitivo o la falta de coordinación psicomotora
- Ausencia de sentido de su utilidad. Es habitual que una persona mayor no comprenda en qué le va a beneficiar. En este punto concreto entra en juego la labor activa de familias, centros, médicos, y agentes. Esta tarea educativa tiene por objetivo conseguir la implicación y compromiso de la persona en su propio proceso de bienestar
- Menor capacidad adquisitiva. Debido a los altos costes que aun supone el acceso a las tecnologías y dispositivos
Son algunas de las principales barreras de entrada, reales, que necesitan una solución para conseguir también la integración de los mayores en el nuevo entorno digital. Trabajar para deshacer estas barreras nos beneficiará a todos.
Herramientas para los mayores
Un buen indicador por el que conocemos la exposición del mayor de 65 años a la tecnología es el uso que realiza del smartphone. El último Estudio Anual Mobile Marketing 2017 de IAB indica que el uso del smartphone ente mayores de 65 años alcanza ya el 90% aunque es cierto que hacen un uso diario menor del dispositivo que otras franjas de edad.
Un tipo de app muy habitual y práctica para mayores (y no tan mayores) son los pastilleros digitales como, por ejemplo, Medisafe, una aplicación con más de 1 millón de descargas que es muy fácil e intuitiva. Pero son realmente muchas las aplicaciones para smartphone que cubren esta necesidad.
Lo que sí resulta una novedad son la multitud de gadgets y wearables vinculados a la salud y bienestar que están teniendo buena acogida en este grupo de población. Hemos realizado una pequeña selección con diferentes características y usos que nos sirven de botón de muestra de la oferta del mercado.
Silicon SOS. Es una pulsera de silicona que dispone de un código QR con acceso a los datos personales y médicos de la persona que la lleva puesta.
Yepzon One. Se trata de un localizador GPS que nos permitirá conocer en todo momento la posición de nuestros familiares de edad avanzada.
Hip'Air. Son cojines inteligentes con sensores que se colocan alrededor de la cadera para ayudar en las caídas de los mayores. Cuando uno de sus sensores detecta una caída, los airbags se despliegan para evitar que esta sea grave y, posteriormente, los sensores envían la información sobre el tipo de caída.
Demencia VR. Especialmente destacable. Se trata de un proyecto de realidad virtual que busca aminorar el sufrimiento de pacientes con demencia senil. Aunque se encuentra en fase proyecto, ya ha ganado el reconocimiento de la industria con nominaciones para los Outstanding Innovation Award in Dementia Care, National Dementia Care 2017.
No cabe duda de que las compañías tienen mucho interés en desarrollar tecnología adaptada y realmente competitiva para nuestros mayores. Esto no ha hecho nada más que empezar, veremos a nuestros mayores convertirse en auténticos expertos, más informados y más seguros.
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