Una de las principales definiciones que se usan cuando hablamos de Transformación Digital es aludir a las nuevas oportunidades de estrategia de negocios que surgen gracias a la aparición de las tecnologías. Para las empresas la transformación digital es pieza clave en el plan de negocios o al menos así lo estiman el 66% de los CEOs, según datos publicados por la consultora IDC. Hablamos del proceso más relevante para cualquier entidad actual que tenga sólidos planes de futuro, que debe estar liderado desde la cúpula de la organización y que gestiona la evolución de su estrategia, su cultura, sus procesos y herramientas, hacia los nuevos parámetros creados por la disrupción digital.
Para afrontar la digitalización, la empresa tendrá que incorporar nuevas competencias y habilidades que en algunos casos podrán ser desarrolladas internamente y, en otros, requerirán la adquisición de talento externo a la organización. La gestión de los recursos se convierte en una pieza clave de la transformación. Si hay algo en lo que cada día coinciden más expertos es en considerar que, más allá de la aportación de la tecnología, el verdadero liderazgo y motor de la transformación digital son las personas.
Para el Sloan Center for Information Systems Research (CISR) del Massachusetts Institute of Technology (MIT) son tres los atributos que definen a un líder de la transformación digital:
- Prioridad digital: consiste en pensar constantemente en digital y ver la forma en que lo digital ayude a mejorar la experiencia de cliente, la de los empleados y la operativa del negocio, hacia la excelencia.
- Implementación de modelos de trazabilidad: a través de una plataforma de servicios en la que todo está conectado y cada acción se convierte en un dato susceptible de ser trazado. Ese dato es la auténtica joya de la corona, ya que su análisis nos lleva a comprender tendencias, comportamientos humanos y a tomar decisiones estratégicas que impulsen y guíen a toda la organización. Y el dato revierte siempre en valor para el usuario.
- Coordinación digital estratégica: las empresas digitales líderes coordinan todos sus esfuerzos para avanzar hacia un objetivo empresarial mayor: el crecimiento se convierte en objetivo seguro y alcanzable.
El resultado es que los líderes digitales de estas empresas pueden innovar y al mismo tiempo reducen la complejidad, los costes y el tiempo que sus productos tardan en llegar al mercado.
Uno de los indicadores principales de que la organización entra en la fase de madurez de su proceso de transformación digital es el establecimiento de joint ventures con start ups, con organizaciones nativas digitales, como parte fundamental de su estrategia. El matrimonio entre una sólida empresa tradicional y una joven empresa de ADN digital es una de las principales palancas del cambio: acudir al emprendimiento externo es fundamental.
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