null Situación de la malaria en el mundo

El día 25 de abril es reconocido internacionalmente como el Día Mundial del Paludismo o Día Mundial de la Malaria, con el fin de reivindicar el abordaje y prevención de una enfermedad que afecta a más de doscientos millones de personas cada año en todo el mundo. En tiempos en los que el foco de actuación se encuentra en solventar la crisis sanitaria por el COVID-19, el paludismo puede exponerse a una mayor vulnerabilidad. ¿Cuál es la situación actual de la malaria en el mundo y cómo puede verse afectada a causa del coronavirus?

El paludismo o malaria es considerado por la Organización Mundial Salud una enfermedad potencialmente mortal originada por los parásitos transmitidos a través de la picadura de ciertos mosquitos. Entre los síntomas de la malaria se destaca la fiebre, dolor de cabeza y escalofríos, y una tardía respuesta a esta enfermedad puede derivar en una agravación y el fallecimiento. En 2018, la OMS estima que se produjeron cerca de 228 millones de casos en todo el mundo, y La Región de África representa un elevadísimo porcentaje tanto de casos, con un 93%, como de fallecimientos, con el 94% de todo el mundo.

Pese a que los progresos desde el año 2000 a la hora de prevenir y curar los casos de malaria han sido significativos y han permitido reducir considerablemente el número de fallecimientos, los avances en el control del paludismo se han visto frenados en los últimos años, lo que implica que algunos de los objetivos mundiales del Programa Mundial sobre Paludismo de la OMS no llegarán a cumplirse. Entre las principales metas establecidas por la OMS a nivel mundial, destacan una reducción de la incidencia y mortalidad de la malaria al menos en un 90% para 2030, así como eliminar la enfermedad al menos en 35 países para el mismo año.

Por ello, la campaña lanzada por la Organización Mundial de la Salud en 2020, “el paludismo cero empieza conmigo”, pretende impulsar medidas urgentes para recuperar el impulso y responsabilidad de la pasada década, especialmente en las zonas y países que representan una mayor tasa de morbilidad, y así transformar los compromisos políticos en respuestas y “medidas tangibles que salven más vidas”, según la campaña.

Malaria y COVID-19

La OMS, además de hacer un seguimiento intensivo del desarrollo del coronavirus a nivel global, es consciente de que la expansión de esta enfermedad puede afectar a la manera de abordar la Malaria en los países más afectados. Según indica el apartado de preguntas y respuestas de la OMS respecto a la malaria y COVID-19, todos los países donde el paludismo es endémico han notificado casos de coronavirus, y la Organización alerta que las campañas de utilización de mosquiteros tratados con insecticidas y el resto de actividades de lucha antivectorial deben continuar, siempre y cuando se proteja a los profesionales sanitarios y resto de personas de la transmisión del virus. Incluso la OMS señala que algunas medidas, como el retorno temporal del tratamiento de sospecha de la malaria, pueden ser convenientes en el contexto de la pandemia actual, además de las estrategias habituales.

El cese de las actividades para diagnosticar y tratar la malaria pondría en serios problemas a la salud de millones de personas que ya se encuentran en situación de vulnerabilidad, en particular niños pequeños y mujeres embarazadas. La experiencia respecto al brote de enfermedades pasadas, como el ébola entre 2014 y 2016, demuestra que cuando la lucha contra el paludismo se ve reducida, se produce un mayor numero de casos y muertes a raíz de esta enfermedad.

Escribe un comentario

Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.

Este campo es obligatorio.