null Redes sociales, jóvenes y depresión, ¿cuál es la relación?

La globalización y el constante desarrollo de dispositivos digitales han hecho posible que todos estemos conectados a través de nuestros teléfonos y ordenadores y por lo tanto, estamos expuestos a un flujo de información constante. Según el informe realizado por Hootsuite acerca del uso de tecnología digital en España, el 87% del total de la población española utiliza un dispositivo móvil y 27 millones personas son usuarios activos en redes sociales. Sin embargo, la población joven, los Millennials y en concreto la Generación Z, que comprende aquellos entre 16 y 23 años, es la generación con más frecuencia de uso de redes sociales al día, con un promedio de 1 hora y 24 minutos al día, según un estudio de IAB Spain.

Algunos de los beneficios de las redes sociales incluyen una comunicación e interactividad rápida y efectiva, visibilidad y oportunidad para realizar denuncia social, una fuente para obtener y compartir información…

Sin embargo, estudios como el publicado en la revista Computers and Human Behaviour según BBC, han demostrado que muchas veces el uso de redes sociales puede resultar perjudicial para la salud mental de los usuarios, generando intranquilidad, ansiedad e incluso depresión.

Algunos de los factores y comportamientos que pueden desencadenar en trastornos del sueño, ansiedad y depresión mediante el uso de redes sociales son:

  • Intento constante de mostrar tu vida: Hay aplicaciones que ponen a disponibilidad de los usuarios muy fácilmente compartir “lo que está pasando”, como bien dice el eslogan principal de Twitter. Esta práctica permite subir imágenes y vídeos mediante publicaciones o las famosas “historias”, como en Instagram o Snapchat, mostrando dónde vas, con quién estás, qué estas comiendo… en definitiva, una ventana para que el resto de seguidores se adentren en tu vida, o al menos el reflejo de esta, ya que el problema reside en que muchas personas comparten solamente la vida que quieren reflejar a sus seguidores, y no lo que realmente ocurre. Ya sea por aparentar o lucir, estas prácticas generan crisis de ansiedad y nerviosismo en quienes la practican en el momento en que se enfrentan a un obstáculo que no les permite usar redes sociales, o no cuentan con los elementos necesarios para hacer una publicación atractiva. Claudia Rodríguez, psicóloga de la Escuela Europea de Transformación Emocional  advierte para un artículo de Vogue: “Las redes sociales, inundadas de vidas de color de rosa, donde solo se muestra lo que se quiere enseñar, puede llevar a una devaluación personal, a sentir vacio o a vivir tu propia vida a través de las vidas de los demás.”
  • Obsesión por gustar a los demás: Los conocidos “likes” o “me gusta”, reflejan el impacto que tienen nuestras publicaciones en los demás. No existe ningún problema con que echemos un vistazo a los “me gusta” que han tenido nuestras publicaciones, ya que así funcionan estas redes sociales. El problema llega cuando los usuarios se sienten absolutamente condicionados y se genera un estado de dependencia en torno a ello, ya la felicidad y el bienestar van a depender de ello. Un artículo de El Mundo concibe los “me gusta” como un “medidor de popularidad entre los adolescentes” y un “requisito fundamental para determinar la aceptación en un grupo”. Esta práctica genera inseguridad, dependencia, ansiedad, depresión y soledad, sobre todo entre los más jóvenes.
  • Sentimiento de estar constantemente perdiéndose algo: Las redes sociales nos mantienen continuamente informados, ya sea por parte de la prensa o de las personas que seguimos, y a través de ellas podemos obtener las últimas noticias en torno a cualquier ámbito. Sin embargo, la adicción a los “smartphones” y las redes sociales ha generado en las personas que lo sufren una conducta basada en entrar en sus perfiles y comprobar cada muy poco tiempo las actualizaciones por parte de la gente a la que siguen. Este comportamiento hace que las personas que lo padecen, tengan ansiedad y disfruten de menos horas de sueño debido al uso del teléfono móvil y la imposibilidad de desconectar, algo que en edades tempranas desencadena problemas de salud mental como indica un estudio recogido por Redacción Médica.

Si estás leyendo esto y consideras que sufres de alguno de los problemas y comportamientos mencionados, o bien conoces a alguien cercano que lo padece, estos son los consejos que pueden ayudar a reducir el estrés y el uso de los teléfonos y redes sociales para prevenir las consecuencias:

  • Cuando nos juntemos con amigos o familiares, debemos intentar apagar el móvil o bien dejarlo apartado para no utilizarlo; no debemos estar pendientes de publicar cada cosa que hacemos, ya que eso limita la posibilidad de disfrutarlo y nos perdemos momentos en ocasiones irrepetibles. El objetivo debe ser disfrutar del momento, sin pensar en lo que pueda opinar el resto.
  • Aprende a gestionar las críticas: si bien decidimos exponer nuestras vidas en redes sociales para que la gente muestre que “les gusta”, debemos considerar que no podemos gustarle a todo el mundo. En el caso de las personas cuya autoestima y felicidad depende de sus “likes”, se debe tener en cuenta que que la opinión de algunos no corresponde, ni a la opinión general, ni a la opinión de la gente que realmente importa, como familiares o amigos.
  • Establece horarios para el uso del móvil: en lugar de echar un vistazo a nuestras pantallas cada poco tiempo, un consejo es gestionar el tiempo que empleamos en ello. Si decidimos que el uso de redes sociales forma parte de nuestro tiempo de ocio, debemos ajustar un horario realista para así no pasar más tiempo de lo necesario frente a la pantalla del Smartphone, priorizando las relaciones sociales reales. De hecho, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Pennsylvania ha revelado que limitar el uso de redes sociales a 30 minutos al día, reduce las muestras de depresión y soledad.
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