null RCP: formación imprescindible para salvar vidas

La concienciación en torno a la prevención del Riesgo Cardiovascular y la adopción de hábitos saludables está ahondando cada vez con mayor frecuencia en la sociedad, dado que las enfermedades causan el 45% de muertes anuales en Europa. Con motivo del Día Europeo de la Prevención de este tipo de patologías, la formación en primeros auxilios y RCP se antoja fundamental para poder socorrer a cualquier persona en caso de parada cardiorrespiratoria.

Las enfermedades cardiovasculares resultan la principal causa de muerte en todo el mundo, por encima de cualquier otra causa, y se estima que hasta 2030 se producirán cerca de 24 millones de fallecimientos por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. De ahí nace la necesidad de evitar los principales factores de riesgo para tener un corazón fuerte y sano.

De este modo, evitar los factores de riesgo es una de las medidas de prevención, pero conocer los pasos a seguir en caso de presenciar una parada cardiaca, salva vidas. Se estima que las posibilidades de supervivencia en caso de parada cardiaca se encuentran entre el 5 y el 10 por ciento, por lo que una rápida y correcta atención resulta vital para aumentar las tasas de supervivencia hasta en un 70%.

Sin embargo, no todo el mundo conoce el protocolo de actuación ante estos escenarios; la mayoría no sabe identificar paradas cardiorrespiratorias y el 70% de la población desconoce cómo hacer una reanimación.

Procedimiento para tratar un paro cardíaco

Las maniobras de reanimación cardiopulmonar o RCP son consideradas el eslabón más débil y crucial de la denominada Cadena de Supervivencia, compuesta por el reconocimiento precoz y petición de ayuda, la RCP precoz, desfibrilación precoz y los cuidados postresucitación.

Ante la presencia de un paro cardiaco, los pasos a seguir, según la Cruz Roja Española, son:

  1. Asegurar la zona: Ante la presencia de una persona inconsciente que no respira espontáneamente, el primer paso será asegurar y eliminar cualquier peligro del entorno que ponga en riesgo la integridad del paciente y las personas que se encuentran presentes.
  2. Comprobar el estado de consciencia: En este paso, el procedimiento requiere comprobar la respuesta o falta de respuesta por parte de la víctima. Para ello, se recomienda sacudir los hombros y preguntar en voz alta por el estado de la víctima. En caso de no obtener respuesta, se procederá al siguiente paso.
  3. Pedir ayuda: Ante la falta de respuesta, se debe pedir ayuda a quien haya alrededor sin abandonar a la víctima, colocándola en posición de reanimación (boca arriba, con los brazos y piernas alineados).
  4. El siguiente paso será abrir la vía aérea colocando una mano sobre la frente, y la otra en el mentón empujando hacia arriba para evitar que la lengua impida la entrada y salida de aire.
  5. Una vez haya sido colocada la víctima, debe comprobarse si esta respira o no. Para ello, el asistente debe acercar su mejilla hacia la boca y nariz de la víctima, al mismo tiempo que observa si el tórax se mueve, o no. Se trata de ver si el pecho sube y baja al respirar, se oyen sonidos respiratorios, o se siente el calor del aire al ser expulsado.
  6. Si se comprueba que el paciente no respira, será el momento de llamar al teléfono de emergencias, o pedir que otra persona lo haga en caso de que haber recibido ayuda tras pedirla. Como indica la Fundación Española del Corazón, la persona que llame al servicio de emergencias debe indicar tanto que se encuentra junto a un paciente que ha perdido el conocimiento y no respira, como describir de forma exacta la ubicación donde se encuentra para que la ambulancia pueda localizarlo rápidamente. Es el momento de iniciar la reanimación, comenzando con 30 compresiones torácicas, a un ritmo de 100-120 por minuto, en el centro del pecho del paciente, colocándonos de rodillas, con los brazos completamente extendidos y las manos entrelazadas. Las instrucciones oficiales establecen bajar el tórax 5 centímetros en cada compresión.
  7. A continuación, se procederá a realizar 2 insuflaciones con la vía aérea abierta y la nariz tapada, observando la elevación del pecho en cada insuflación. Tras las insuflaciones, se debe continuar alternando las compresiones con las ventilaciones para que el paciente continúe enviando oxígeno al cerebro hasta el momento que llegue la ayuda especializada y los servicios sanitarios de urgencias o la víctima inicie la respiración espontánea.

En caso de obtener un desfibrilador tras haber solicitado ayuda, sigue las instrucciones ofrecidas para aplicar las descargas, dejando de hacer compresiones en el momento en que se realiza el choque. Una vez realizado el choque, continúa con las maniobras de reanimación hasta que lleguen los servicios de emergencias.

 

Debes tener en cuenta que los dispositivos DEA pueden ser utilizados por aquellas personas que cuenten con los conocimientos básicos de funcionamiento gracias a una formación específica. En España no existe una normativa en concreto, y cada Comunidad Autónoma cuenta con legislación propia sobre el uso de los desfibriladores. Como mencionamos en una pasada entrada en la que hablábamos de las mejores aplicaciones sanitarias de 2019, Ariadna App es una aplicación que permite localizar los desfibriladores externos autorizados más cercanos, así como contribuir a actualizar el registro de DEA en España.

Recuerda que formarse en RCP y las técnicas de reanimación cardiorrespiratoria a través de profesionales sanitarios es un acto de responsabilidad que aumenta las posibilidades de salvar las vidas de aquellos que lo necesiten.

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