null Cómo prevenir caídas en personas mayores

Las caídas son la causa más frecuente de accidente entre las personas mayores. En ocasiones, pensamos que es un proceso “normal” con el paso de la edad, aunque su trascendencia puede llegar a ser muy grave. De hecho, según la OMS, anualmente se producen 37,3 millones de caídas que requieren de atención médica.

Los accidentes de este tipo pueden derivar incluso, en los casos más graves, en fallecimiento. Entre las consecuencias físicas más comunes destacan las fracturas -sobre todo crean preocupación las de cadera por el grado de dependencia y de complicaciones que generan-, contusiones, heridas y lesiones neurológicas.

Además de estas consecuencias físicas, existen otras psicológicas que también pueden mermar la salud del anciano. Sobre todo el miedo a volver a caerse. Y es completamente justificado, ya que la mitad de las personas mayores que se caen lo hacen repetidas veces. La pérdida de la autonomía personal, e incluso de la autoestima, conlleva una mayor dependencia de los familiares o cuidadores en caso de que el anciano esté en una residencia. A menudo también aparecen asociados síntomas de depresión y ansiedad tras una caída.

Causas de las caídas en las personas mayores

Antes de entrar a relatar las medidas que podemos tomar para prevenir las caídas, tenemos que identificar las causas de las mismas. Por lo general, estas las podemos dividir en dos:

  • Causas intrínsecas: relacionadas con el propio anciano. Las más frecuentes son enfermedades neurológicas, reumatológicas, cardiovasculares o los propios efectos secundarios de los fármacos.
  • Causas extrínsecas: no dependen de la persona sino de su ambiente y entorno.
    • En el domicilio las causas pueden ser los suelos resbaladizos, poca iluminación, obstáculos en lugares de paso, ausencias de pasamanos, alfombras mal situadas o levantadas, etc.
    • En el exterior encontramos aceras en mal estado, falta de adaptación de los espacios públicos y acceso a los edificios, mala señalización, etc.
    • En hospitales o instituciones hablamos de una ausencia de mobiliario adaptado.

Hay que destacar que, generalmente, una caída no solo se debe a un motivo. En ella se mezclan diferentes causas, tanto intrínsecas como extrínsecas.

Medidas preventivas para evitar una caída

Como aclaramos anteriormente, debemos identificar las causas de riesgo frente una caída y actuar sobre ellas.

  • Cuidados generales: conocer el estado de salud del anciano y la medicación que requiere.
  • Nivel de autonomía y dependencia: en ocasiones las personas mayores son tratadas con prisa, con altos niveles de exigencia que les llevan a bloquearse y que pueden tener consecuencias en su autoestima y movilidad.
  • Iluminación: una luz clara de todos los espacios, con interruptores cerca de las puertas y accesibles, será muy importante para evitar caídas por falta de buena visión.
  • También son de gran ayuda las barras de sujeción o los pasamanos que ayudan al anciano a levantarse, agarrarse y moverse, por ejemplo en el baño o en los pasillos.
  • En cuanto a los suelos, evitaremos los irregulares y resbaladizos, así como el suelo mojado y los obstáculos por las zonas de paso.
  • Es importante atender el calzado del anciano, con zapatos cómodos y que sujeten bien el pie.
  • Utilización de dispositivos de ayuda como bastones, andadores o sillas de ruedas, y un proceso de aprendizaje de su uso.
  • En caso de que el anciano resida en el hogar sin un cuidado o atención proporcionada y su edad haya afectado a sus capacidades, lo más recomendable es su ingreso en una residencia de ancianos donde pueda tener la atención y cuidados requeridos.
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