Probablemente tendamos a pensar que un seguro de Vida es un producto que solo necesitan las personas que ya alcanzan cierta edad. Una persona joven piensa más en otros seguros como el del coche o un seguro de Viaje, porque parece que la muerte le queda lejos. Sin embargo, la contratación de este tipo de productos a edades más tempranas tiene grandes ventajas.
Quizá los jóvenes más comprometidos que optan por un seguro de Vida son aquellos que se convierten en padres. Parece que es entonces cuando queremos ser responsables y, preocupados por la estabilidad de la familia, la pareja y los hijos, aseguramos su futuro a nivel económico por si por alguna razón nos vamos de este mundo antes de lo previsto. No obstante, estos productos no solo nos protegen frente a fallecimiento, accidente o enfermedad grave, sino que tienen más ventajas para su contratación en edades tempranas.
En primer lugar, se trata de una cuestión económica. El precio del seguro de Vida es directamente proporcional a la edad del tomador, al menos en cuestiones generales. Esto es, suele ser más caro contratarlo cuando somos más mayores. Las compañías aseguradoras entienden que a mayor edad, mayor riesgo, por lo que es uno de los factores más relevantes a la hora de determinar el precio.
En segundo lugar, quizá una persona joven piense que la muerte todavía queda lejos, pero seguramente sepa valorar el riesgo de los accidentes o las enfermedades graves. Valoramos cómo, tras un accidente repentino o una llamada del médico, nuestra vida puede dar un giro de 180 grados. Son situaciones en las que nos podemos ver impedidos de realizar nuestra actividad profesional y que tendremos que valorar previamente a la hora de contratar un seguro de Vida.
¿Me interesa la contratación de un seguro de Vida si no tengo hijos?
Como decíamos, en muchas ocasiones encontramos que el perfil del joven que opta por contratar un seguro de Vida es el padre o madre de familia que se preocupa por la situación económica que puede dejar en caso de fallecimiento. El detonante de esta decisión, al fin y al cabo, es un hijo al que proteger, además de la pareja. Sin embargo, ¿qué ocurre si la persona joven no tiene descendencia?
Puede que los hijos sean quienes más sufran tu pérdida, pero no son los únicos. Para aquellos jóvenes sin hijos especialmente hay que ser conscientes de que existen más personas importantes en nuestras vidas. Hablamos, por ejemplo, de familiares cercanos como padres o hermanos, o aquellos que nos han criado, educado y cuidado. Debemos ser conscientes de que, en caso de fallecimiento o invalidez absoluta, serán ellos los encargados de hacerse cargo, por ejemplo, de deudas pendientes, préstamos y otras responsabilidades económicas.
Los millennials y los seguros de Vida
Podríamos considerar a la generación millennial como los jóvenes de hoy. Estos son los nacidos, aproximadamente, entre 1981 y 1996. En otras entradas de este blog ya hemos analizado la relación entre los millennials y cuestiones como la jubilación. Al igual que en ese caso, partimos de una necesidad de ser conscientes de la situación.
Además, desde el sector asegurador debemos otorgar todas las herramientas necesarias para su contratación. Por una parte, debemos optar por la transformación digital de los procesos, siendo conscientes por nuestra parte de que la generación millennial reclama, cada vez más, una comunicación 2.0 y tener acceso a sus productos a través de canales digitales. Por otra parte, a través de proyectos como “Seguros de entendernos”, necesitamos dar a conocer, de forma clara y concisa, todos los conceptos hasta ahora desconocidos o confusos del sector.
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