El broche final a la celebración de la Navidad no podía ser más mágico y divertido: el 6 de enero llegan a nuestras ciudades cargados con sus regalos, como en su día llegaron a Belén, tres sabios de Oriente a los que la tradición popular llama cariñosamente los Tres Reyes Magos. La tarde anterior a la fiesta, las calles, los puertos, hasta los campos de España, celebran la llegada de Sus Majestades con cabalgatas llenas de color y luces.
Todas las cabalgatas son mágicas a los ojos de los que más entienden de este tema, los niños. Más allá de los grandiosos desfiles que se celebran en las grandes ciudades, merece la pena destacar algún cortejo singular y que merece la pena visitar por lo menos una vez en la vida.
La primera población que celebró la Cabalgata de Reyes fue Alcoy, en Alicante, donde en 1885 los sabios monarcas pasearon orgullosos por sus calles por primera vez. Además de los Reyes, los protagonistas son los pajes reales, llamados los negres, que portan largas escaleras para acceder a los balcones que jalonan el recorrido para entregar sus regalos a los niños y recibir a cambio dulces y licores. Su desfile ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional.
La Cabalgata de Reyes de Granada es una de las más engalanadas y decoradas. No solo es impresionante, también es una de las cabalgatas más antiguas que se celebra. Y también una de las más largas, ya que termina casi a media noche e incluye fuegos artificiales.
El pasado año, Sevilla celebró los 100 años de su Cabalgata de Reyes, uno de las más largas en recorrido (11 km) y en duración (casi 8 horas). Sevilla se vuelca con Sus Majestades en un cortejo organizado tradicionalmente por el Ateneo de Sevilla.
En toda Asturias, el mensajero que hace llegar los deseos de los niños a sus majestades de Oriente es el Príncipe Aliatar, un personaje muy importante en el Principado porque es el principal de los pajes reales. No puede faltar en la Cabalgata de Reyes de Gijón, en la que sus Majestades llegan en helicóptero a la playa de San Lorenzo. Aliatar conduce la carroza que abre el cortejo, dando paso a las carrozas en las que se trasladan sus Majestades.
No podía faltar la referencia a una maravillosa Cabalgata, la de Santillana del Mar en Santander, que junto con el Auto Sacramental, es Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2009. Su celebración es un auténtico viaje al pasado, la tradición revive de manera especial fascinando a cientos de viajeros que no se pierden esta cita anual con la historia.
La verdad es que podríamos llenar páginas de Cabalgatas sorprendentes y mágicas. Lo importante es mantener viva esta mágica tradición que, una vez al año, nos vuelve niños a todos.
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