Fechas como el 2 de abril, en la que se celebra el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, buscan llamar la atención sobre problemas sin resolver y que afectan, en materias de dependencia, a una buena parte de la sociedad.
Con ese objetivo surgen campañas, como la que van a llevar a cabo varias ciudades, en las que, para sensibilizar a la población, se iluminarán edificios emblemáticos de color azul en recuerdo al Autismo.
Un término -Trastorno del Espectro del Autismo, también conocido como TEA,- con el que se hace referencia a una serie de condiciones que afectan al funcionamiento cerebral y al neurodesarrollo y que dan lugar a dificultades en la interacción social y en la comunicación.
Este Día Mundial busca la suma de todos en la lucha por cambiar la actitud que se presenta hacia personas con autismo y concienciar sobre la necesaria reivindicación de los derechos de los afectados por esta enfermedad. Trabajar por disfrutar de las mismas oportunidades y por poder participar de manera plena y eficaz y, sobre todo, por conseguir una sociedad más accesible y cercana; donde puedan optar a las mismas oportunidades laborales, educativas y sociales que el resto de la población.
¿Qué es el autismo?
El autismo es un trastorno que se presenta en la primera infancia y que no entiende de género, raza o condición social y económica. Una situación de dependencia que impacta directamente, no sólo en la persona que lo padece, sino también en la familia, en los cuidadores y en la calidad de vida de todos los que les rodean. Una falta de juicio que origina fuertes consecuencias sobre las personas, sus familias y las comunidades.
Por eso, como recuerdan desde las Asociaciones de padres de los afectados por TEA, se requiere de un abordaje integral de las necesidades de la persona, pensado para tratar cada caso de forma individualizada -dependiendo del grado y de las peculiaridades de cada autista- y de una férrea lucha por que alcancen calidad de vida y, sobre todo, protección y reconocimiento de sus derechos.
Una enfermedad, el autismo, de la que se habla mucho, pero que muchos desconocen, en gran parte, al ser una discapacidad invisible; no lleva una apariencia externa específica y sólo se manifiesta a través del comportamiento. Un duro escenario que choca con la realidad del elevado porcentaje de autismo presente en todas las regiones del mundo.
Por eso son muchos los que suman el 2 de abril a recordar lo necesario que es seguir concienciando a la sociedad sobre el TEA y sobre sus insuficiencias específicas. Y, sobre todo, a agregar fuerzas para lograr dar esos necesarios pasos que rompen barreras.
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