Un año más, el día Mundial de la Hepatitis ha vuelto a hacer mella de conciencia en la población a nivel global como consecuencia de los intentos de profesionales sanitarios, autoridades y pacientes en sensibilizar y expandir conocimientos sobre las causas, síntomas, tratamientos y medios de prevención de dicha enfermedad. Este año el lema del Día Mundial se ha declarado como “Es hora de invertir en la eliminación de las hepatitis”, por lo que no solo autoridades como la Organización Mundial de la Salud buscan concienciar, sino también conseguir una mayor financiación con la que se pueda abarcar todo el proceso médico, desde la prevención y diagnóstico hasta el tratamiento y atención de la población a nivel mundial.
Como ya hemos explicado en años pasados y de forma resumida, la Hepatitis es una enfermedad del Hígado que puede originarse ya sea a causa de virus de la misma, infecciones, sustancias tóxicas o algunas enfermedades autoinmunitarias. Existen cinco tipos de enfermedad (A, B, C, D y E), los cuales se diferencian por los medios de transmisión, la gravedad, inmunidad y tratamiento de estas.
En la actualidad, las cifras que alcanza en los diferentes tipos en los que puede originarse y datos relevantes acerca de la enfermedad son los siguientes:
Hepatitis A
La Hepatitis A tiene un alto nivel de recuperación e inmunidad en sus pacientes, suele transmitirse por vía fecal-oral y el riesgo de infección está altamente asociado a la falta de agua soluble y malas condiciones higiénicas. Como indica la OMS, el 90% de niños pertenecientes a países de desarrollo y cuyas condiciones higiénicas alcanzas parámetros deficientes, han padecido Hepatitis A antes de cumplir los diez años, mientras que en países desarrollados esta enfermedad alcanza niveles mucho más bajos.
Hepatitis B
Al contrario que la Hepatitis A, la Hepatitis B tiene protocolos de prevención efectivos, pero a la vez cuenta con una mayor mortalidad. De hecho, en 2015 esta enfermedad dio lugar a 887.000 muertes, siendo diagnosticados únicamente el 9% de ellos (OMS) y en la actualidad, cerca de 257 millones de personas sufren una infección crónica por el virus de la Hepatitis B. Aún así, la vacuna puesta en marcha en 1982 ha conseguido elevar la eficacia de prevención hasta el 95%.
Hepatitis C
El tercer tipo de Hepatitis está caracterizado por la transmisión de la enfermedad mediante la sangre. Alrededor de 71 millones de personas en el mundo padecen Hepatitis C de manera crónica, algo que puede desencadenar en cirrosis, cáncer de hígado y el fallecimiento. De hecho, 339.000 mueren al año a causa de este tipo de Hepatitis. Aun así, los antivíricos hacen posible que el 95% de los pacientes de Hepatitis C sean curados; como indica la OMS y también se reivindica en el Día Mundial de la Hepatitis, el acceso a un diagnóstico y tratamiento en condiciones, al igual que la investigación para la inexistente vacuna, son limitados.
Hepatitis D
Cuando hablamos de Hepatitis D, la condición sine qua non para la replicación de esta enfermedad es la previa existencia del virus de Hepatitis B. La Hepatitis D afecta al 5% de pacientes de Hepatitis B, aproximadamente entre 15 y 20 millones de personas en todo el mundo. Este virus es transmitido a través de la sangre y otros fluidos corporales, y cuenta con una tasa de curación baja, siendo especialmente grave la coinfección por Hepatitis B y Hepatitis C (OMS).
Hepatitis E
Por último, la Hepatitis afecta anualmente a cerca de 20 millones de personas en todo el mundo, de los cuales únicamente el 3% presenta síntomas de este virus transmitido principalmente mediante agua contaminada. La Hepatitis E tiene mayor incidencia en países en desarrollo, especialmente en Asia oriental y meridional (OMS).
El objetivo principal de la OMS se encuentra en disminuir los casos a un 90% en 2030, al igual que la tasa de mortalidad en un 65%. Para ello, resulta crucial contar con un incremento en el financiamiento de métodos y servicios de prevención, pruebas y tratamientos. Dados estos objetivos, se prevé que la cita mundial de 2019 sea clave para conseguir la Alianza Mundial contra la Hepatitis, como indica el presidente de la Asamblea Mundial de la Salud, Michael Ninburg y avanzar con el fin de cumplir las metas estipuladas.
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