El Palacio de Gamazo volvió, el pasado miércoles, a ser el protagonista del cuarto encuentro del ciclo de conferencias ‘Dieta Atlántica: La excelencia en el paladar en perfecta armonía con la salud’. En esta ocasión, las ponencias corrieron a cargo de Gumersindo Feijoo, catedrático de Ingeniería Química y vicerrector de la Universidad de Santiago, y Carlos Parra, chef gallego al frente del restaurante Castillo de Maceda (en la localidad orensana del mismo nombre).
El presidente de PSN, Miguel Carrero, que fue el encargado de presentar la jornada, subrayó la importancia de difundir este tipo de alimentación atlántica por todos los beneficios que aporta a la salud de las personas.
El acto estuvo centrado en el impacto medioambiental que supone este tipo de alimentación, entendida desde el propio cultivo o cría y abarcando todos los pasos de la cadena de producción hasta el consumo. “En la dieta, la primera variable a tener en cuenta es la salud humana, pero también entra en juego la salud del planeta. ¿Se pueden combinar ambas? La respuesta es que sí, siempre que se trate de una dieta equilibrada, como la Atlántica”, según palabras de Gumersindo Feijoo.
"La Dieta Atlántica está relacionada con una mayor esperanza de vida porque se trata de una alimentación de mayor calidad y que otorga más salud"
El experto explicó cómo una dieta afecta al medio ambiente partiendo de dos indicadores. Por un lado, la huella hídrica, elemento esencial en la agricultura, y la huella de carbono, directamente relacionada con la energía utilizada para la producción alimentaria o el transporte. Asimismo, enumeró cinco elementos en los que se puede actuar para reducir el impacto desde los distintos puntos de la cadena de producción y consumo alimentaria: el uso de alimentos de temporada (en legumbres, hortalizas, pescados…), de los productos de proximidad (que siempre son más saludables y nutritivos), de la alimentación ecoetiquetada (que garantice la trazabilidad y sostenibilidad del producto), cuidar los envases (está en transición la normativa para eliminar los plásticos en la venta de frutas y verduras), y evitar el desperdicio alimentario, tanto en la cadena de producción como por parte del propio consumidor.
Feijoo, que aludió a la sostenibilidad asociada a distintos tipos de dietas, mostrando que la Atlántica es de las más respetuosas, añadió que ésta “está relacionada con una mayor esperanza de vida porque se trata de una alimentación de mayor calidad y que otorga más salud”. De igual modo recordó los principales lugares vinculados a este tipo de dieta, principalmente Galicia, la cornisa cantábrica, Portugal, y parte del litoral francés e irlandés pero añadió el que a su juicio es el gran desconocido, Extremadura, una región de las que más aporta a esta tradición culinaria.
Finalmente, el chef Carlos Parra centró su intervención en ‘la cocina de las abuelas’, destacando su papel fundamental en la promoción de la Dieta Atlántica y los beneficios que aporta a la salud y el bienestar. En su enfoque culinario, Parra explicó que la cocina sostenible, saludable y con ingredientes de kilómetro 0 es una de sus señas de identidad. Como él mismo subrayó: "Mi madre es mi maestra. A través de ella, aprendí a valorar la cocina tradicional y a respetar el producto, un principio fundamental de la Dieta Atlántica".
Al acto acudieron en torno a un centenar de asistentes, entre ellos los principales representantes de las asociaciones profesionales de gallegos en Madrid, así como restauradores de la cocina gallega en Madrid, entre otros.
Después de las ponencias, los asistentes pudieron disfrutar del menú degustación a cargo de Carlos Parra, en el que se presentó una selección de platos elaborados con ingredientes propios de la Dieta Atlántica.
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