Alcanzar la vejez gozando de salud es una de las mayores aspiraciones de todo individuo tras años trabajando, luchando, cumpliendo sueños y disfrutando de la vida. Esta etapa es una de las más importantes de la vida, y no tiene por qué estar ligada con un descenso de la calidad de vida de las personas. Sin embargo, existen factores como la soledad no deseada, que pueden transformar la manera de afrontar la recta final del camino. Evitar estos sentimientos dolorosos, así como las situaciones que puedan derivar en soledad, debe ser una prioridad dentro de las políticas sociales.
En la actualidad, nos encontramos ante una situación especialmente delicada a raíz de la pandemia causada por la COVID-19. Más allá del desolador escenario que ha dibujado la crisis sanitaria entre nuestros mayores, la atención sociosanitaria y la soledad a la que hacen frente miles de personas en avanzada edad en España se pueden ver agravadas por las medidas tomadas para prevenir un mayor número de contagios, como la limitación de las relaciones sociales, entre otras.
Tal y como indica la Encuesta Continua de Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística en 2018, alrededor de dos millones de personas mayores en España viven solas, de las cuales cerca de 850.000 tienen más de 80 años. Según recoge la asociación Amigos de los Mayores, el Estudio CIS-Imserso revela que seis de cada diez personas mayores que viven solas reconoce tener sentimientos de soledad, algo que empeora la calidad de vida de las personas y repercute directa y gravemente en su salud. Una de las principales consecuencias de la soledad es el aumento del riesgo de padecer demencia, indican Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid. Adicionalmente, expertos en psicología reconocen amenazas a nivel fisiológico e inmunológico (enfermedades coronarias y vasculares…), a nivel psicológico y emocional (ansiedad, depresión, deterioro cognitivo y mental mayor…), conductual (trastornos del sueño, alimentarios, riesgo de sufrir accidentes domésticos), a nivel social y de mortandad.
Qué podemos hacer para prevenir la soledad entre nuestros mayores
Pese a que el contexto actual requiere que pongamos el foco de atención y actuación en minimizar contactos con las personas mayores para evitar su contagio por coronavirus, existe una serie de medidas que podemos aplicar y prolongar en el tiempo para evitar la soledad durante la vejez:
- Dentro del contexto actual, para evitar que las personas mayores que habitan en residencias de ancianos se sientan solas y su salud mental se resienta, desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología instan a encontrar un equilibrio entre la protección del contagio, el mantenimiento de la movilidad y actividad física, y algunas relaciones sociales. Así, cuando la evolución de la pandemia requiera una reducción de visitas, o salidas al exterior, la SEGG recomienda emplear recursos tecnológicos para mantener el contacto social y familiar.
- En línea con el punto anterior, tal y como indicábamos en una entrada publicada durante el confinamiento para mejorar la calidad de vida de las personas mayores durante la cuarentena, la comunicación telefónica debe ser un pilar fundamental para evitar la soledad, no solo en tiempos como los que corren. Pese a la existente brecha digital y la sensación de complejidad de uso que puedan suponer las nuevas tecnologías, la tecnología y la tercera edad suponen un tándem cada vez más necesario y beneficioso.
- No debemos pasar por alto aquello que nuestros mayores quieran decir. Las personas mayores deben ser escuchadas en detalle, entablando conversaciones recíprocas que fomenten la cercanía, la empatía, y la comprensión. Sentirse escuchados y entendidos por los demás es esencial una vez llegada la vejez, como símbolo de respeto y comunicación afectiva.
- Crear vínculos pese a la distancia. El cuidado de nuestros mayores es una prioridad, y es por ello que el contacto estrecho ha quedado relegado a un segundo plano. Para recordar a nuestros mayores que seguimos con ellos y no están solos, podemos regalar objetos que supongan un vínculo emocional con ellos, como puede ser un álbum de fotos.
- No podemos olvidar que, desgraciadamente, muchos de nuestros mayores no tienen familia. Es por ello que ahora más que nunca debemos fomentar y valorar tanto los servicios sociales como los cuidados sociosanitarios.
Desde PSN llevamos años comprometidos y concienciados sobre la necesidad de abarcar la soledad que padecen las personas mayores. Gracias a ello y a la solidaridad que caracteriza al Grupo, nació el programa Filia, con el objetivo de conectar a profesionales con los mutualistas que necesiten ayuda, acompañamiento o cualquier otro reclamo solidario.
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