Una adicción es una conducta patológica que genera dependencia y pérdida de control. Cualquier inclinación sin medida hacia alguna actividad puede desembocar en una adicción aunque no exista una sustancia química en ello.
Como no podía ser de otra manera, la era digital y su conexión permanente han generado muchos beneficios, pero también muchas patologías. Una de ellas es la nomofobia o el síndrome "no mobile phobia" (fobia a estar sin móvil), que está haciendo escarnio ente los adolescentes y entre no pocos profesionales jóvenes. La nomofobia es el temor a ser incapaz de comunicarse a través del teléfono móvil o de otros aparatos tecnológicos.
Investigadores de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y de la Universidad de Deusto han publicado el primer trabajo instrumental en español sobre nomofobia con ciertos indicadores de fiabilidad y validez para la evaluación del problema.
Las principales conclusiones de este estudio son, en primer lugar, que casi el 25% de usuarios de smartphones está en riesgo de sufrir la nomofobia y, en segundo, que la franja de edad con mayor prevalencia está comprendida entre los 14 y 16 años, con más incidencia en las chicas.
Pero se dan estudios a nivel mundial, como el de la Universidad de Hong Kong, que aportan cifras aún más alarmantes. El estudio afirma que el 6 por ciento de la población mundial tiene dependencia enfermiza a los terminales e internet, a cualquier hora y en cualquier momento de su día. Alarmante si comparamos la cifra con la que maneja Naciones Unidas respecto a otras adicciones. Por ejemplo, la adicción de la población mundial al juego es del 2,1 por ciento.
Ambos estudios, independientemente de su escala, coinciden al destacar que la nomofobia no está incluida en la relación de la OMS de Desórdenes Mentales. Difícil de entender, porque un 43% de la población mundial tiene acceso a internet y está expuesto al desorden, ya que este trastorno no ha hecho más que empezar. Es decir, la prevención de cara a las futuras generaciones es fundamental.
Consejos para tratar la nomofobia
La nomofobia no es una simple actitud, es un auténtico trastorno de ansiedad y debe ser tratado médicamente. Se recomienda la terapia cognitivo-conductual, es decir, cambiar la conducta en referencia al uso de los dispositivos móviles.
El primer abordaje es, como siempre, la prevención, y ésta se centra en un uso racional del teléfono móvil. Algunos consejos recurrentes y fáciles de implementar son:
- Fijarse un horario de atención telefónica y avisarlo a nuestros contactos cercanos
- Acostumbrarnos a no descolgar todas las llamadas y no inmediatamente. Es bueno utilizar la opción de respuesta con un mensaje automatizado. Se crean así técnicas de educación a las personas de nuestro entorno, que se acostumbran a que no estamos disponibles las 24 horas
- Apagar el móvil durante las comidas y reuniones
- Priorizar el mundo real al virtual: organizar encuentros con amigos, familiares y conocidos con cierta periodicidad para que nuestra vida real cobre peso y ocupe el lugar que le corresponde
- Si nos damos cuenta de que la ansiedad se apodera de nosotros al dejarnos el teléfono en casa, debemos pensar que en caso de urgencia podemos usar el móvil de una persona de nuestro entorno y también que pueden localizarnos en él
- En el caso de nuestros hijos: ponerles un horario y enseñarles desde el inicio de su uso la adecuación de éste para socializar por el móvil. Lógicamente, ha de supeditarse al horario escolar y familiar.
Nunca está de más, sobre todo en adolescentes, la visita a un especialista. Tenemos muchos aliados en nuestro entorno que nos ayudarán. Asimismo, nosotros podemos ayudar a difundir un sano uso de las nuevas tecnologías. Parece que empieza a ser muy necesario.
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