La conocida brecha de género es uno de los temas en el centro de debate en la actualidad española. Este término se refiere a la desigualdad que existe entre hombres y mujeres en cuanto al acceso y participación en la economía y mundo laboral cualificado, política, educación… La manera más significativa en la que la brecha de género afecta en España es en el sector laboral, la conocida como “brecha salarial”. Según diferentes estudios, la brecha salarial va en aumento; las mujeres españolas cobran un 30% menos que los hombres, lo que supone un total de 4.745 euros menos. Sin embargo, no solo afecta a la diferencia de salario percibido por mujeres en España en comparación con los hombres, sino que también tiene consecuencias en las pensiones.
Como consecuencia de la brecha salarial, las mujeres en España cobran pensiones por jubilación un 37% inferior que los hombres. Esto quiere decir que, llegada la hora de la jubilación, para que una mujer alcance las mismas condiciones que los hombres, deben ahorrar una media de 1.500 euros anuales, según elEconomista Pensiones. El déficit de ahorro para que las mujeres afronten la vejez dada la brecha de la pensión es de 77.994 euros. Esto supone una gran desventaja que complica su planificación financiera, ya que deben conseguir un mayor ahorro a largo plazo pese a cobrar menos. Según Hacienda, el hecho de que las mujeres ocupen trabajos más precarios, con jornadas parciales y sueldos inferiores a los 7.400 euros al año, hacen posible que exista esa brecha salarial.
La maternidad y la crianza de menores, claves en la brecha de género
Una de las razones por las que la brecha de género existe es la tendencia a que el cuidado de los hijos y la carga familiar recaigan sobre la mujer, provocando el abandono laboral o fomentando el empleo a tiempo parcial. Esta situación conduce a una desigualdad en el reparto laboral, aumentando la precariedad laboral y la desigualdad salarial y como consecuencia, la realización de inferiores aportaciones a la Seguridad Social. De esta manera, dado que el Sistema de Pensiones español sigue un criterio de contributividad, las mujeres se verán damnificadas.
El Gobierno ha aplicado medidas, como las surgidas a raíz del Real Decreto-ley de igualdad de oportunidades en el empleo, que fue aprobado el 1 de marzo de 2019, por las cuales se pretende acabar con la brecha de género. Una de ellas ha impulsado la ampliación de los permisos de paternidad, con el objetivo de extender el tiempo dedicado al cuidado de los hijos recién nacidos por parte de los padres para equiparar el permiso de la mujer, de manera progresiva hasta 2021, dado que la brecha salariar se intensifica con la maternidad.
Además de la maternidad y el cuidado familiar, existe un gran número de mujeres que dejan sus empleos para poder hacerse cargo de personas mayores. Con el fin de que las mujeres puedan acceder a la cotización social, se ha adoptado una medida mediante la cual se prevé “devolver la posibilidad de cotización” a las mujeres que renuncian a sus trabajos para poder llevar a cabo estas actividades.
También se ha promovido que las empresas establezcan un plan de igualdad que deba aplicarse en un plazo máximo de tres años, además de contar con un registro accesible por trabajadores y sindicatos, que contenga los salarios desglosados dependiendo del sexo y rango profesional.
A pesar de esta serie de medidas, la brecha de género de las pensiones podría alargarse hasta 2035, cuando se prevé que se equiparen entre hombres y mujeres.
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