La responsabilidad civil es un concepto o garantía al que se alude en tipologías de seguros muy variadas: Auto, Hogar o Multirriesgo son algunas de ellas. Sin embargo, y debido a su importancia, en esta entrada aludiremos a las coberturas que ofrece un seguro de Responsabilidad Civil Profesional, es decir, aquel que ofrece protección durante el ejercicio de la actividad profesional del asegurado.
Partamos de la primera pregunta que puede surgir: ¿Qué es la responsabilidad civil? Este término, RC, hace alusión a la obligación de responder ante posibles daños que pudiera causar el asegurado a terceros. Cada tipología de seguro determinará el contexto en el que se aplica esa protección ante la obligación de responsabilizarse por los perjuicios causados a una persona o su patrimonio.
De este modo, si aludimos a la Responsabilidad Civil Profesional (RCP), nos estamos refiriendo al contexto de la actividad laboral, ya que siempre existe la posibilidad de perjudicar a terceros, si bien hay profesiones que de por sí entrañan un mayor riesgo. Un buen ejemplo es el ejercicio sanitario debido a sus características, las consecuencias de los riesgos que entraña y la posibilidad del profesional de tener que enfrentarse a una demanda e, incluso, a una indemnización. En este caso, además, los importes de las cantidades reclamadas, ya que se derivan de daños relacionados con la salud, tienden a ser muy elevados. Por ese motivo, resulta imprescindible contar con un buen seguro de RCP que proteja a los profesionales.
¿Cómo funciona?
La garantía de Responsabilidad Civil Profesional supone la cobertura de las reclamaciones derivadas de daños personales, materiales y perjuicios económicos que tengan lugar como consecuencia del ejercicio profesional. El objetivo de la aseguradora, en términos generales, es evitar, en primer lugar, un proceso judicial derivado de una reclamación, a través de mecanismos de resolución de conflictos como la mediación. Asimismo, el producto está destinado a proteger, a través del capital contratado, el patrimonio del asegurado, evitando que tenga que responder con él ante las posibles reclamaciones por daños.
De este modo, podemos encontrar interesante la doble vertiente del seguro de RCP, la legal y la económica, valorando igualmente otras características complementarias, como las siguientes:
- Ausencia de franquicia general: Pongamos el ejemplo de un médico que trabaja en la sanidad pública. Los servicios de salud autonómicos aseguran a sus profesionales, pero cada vez tienen más dificultades para encontrar compañías que se presten a ello, o contratan capitales que pueden resultar insuficientes. Si ese médico cuenta con un buen seguro privado sin franquicia general, en caso de reclamación, este actúa en exceso o defecto de los límites de capital y coberturas contratadas, es decir, ofrecerá su protección tanto si la garantía cubierta por la Administración es insuficiente como si no cuenta con alguna de las coberturas necesarias.
- Retroactividad ilimitada: cobertura de siniestros que el asegurado no conociera, incluso si tuvieron lugar antes de la contratación de la póliza.
- Amplia cobertura geográfica.
- Subsidio por inhabilitación profesional.
- Amplia defensa jurídica.
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