El envejecimiento activo es uno de los grandes descubrimientos de nuestra sociedad actual, en la que hemos ganado la batalla de la longevidad. La Organización Mundial de la Salud define el envejecimiento activo como “el proceso en que se optimizan las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen. El envejecimiento activo permite que las personas realicen su potencial de bienestar físico, social y se centra en las personas mayores y en la importancia de dar una imagen pública positiva de este colectivo”.
Nos detuvimos recientemente en este blog en la necesidad de crear una nueva cultura sobre el envejecimiento. Es necesario actualizar nuestra percepción de la realidad para redescubrir a los mayores en nuestra sociedad. Una sociedad longeva no debe ser sinónimo de una sociedad devaluada, a pesar de ser también una sociedad dependiente. Hablamos también de una sociedad cada día más diversa, en la que los más mayores son ganancia, son nuevo recurso, son nuevo valor.
Necesidad de una nueva estructura social y asignación de recursos
El envejecimiento activo, para su desarrollo, requiere de un escenario social adecuado. Como indica el Libro Blanco del Envejecimiento Activo, es necesaria una reorganización del espacio político, económico y social y cultural que permita la intervención al 100% de sus posibilidades de las personas de edad avanzada. Crear un nuevo modelo de convivencia es vital porque es el futuro de todas las generaciones, la nuestra propia y las venideras. La construcción ha de empezar hoy.
Las autoridades y gestores de lo común han de trabajar en las diferentes líneas: Sanidad, Dependencia, Vivienda, Transporte, Urbanismo, Educación, Bienestar Social, Cultura y Ocio. En cada una de estas líneas de acción son dos los objetivos principales: la dotación de recursos, por un lado, y la creación de espacios propios adaptados que garanticen que las personas mayores sigan integradas en la vida activa de su comunidad, ciudad, provincia.
Los beneficios, en términos de integración, satisfacción y autonomía, no se hacen esperar. Como afirma con humor Alexandre Kalache, experto en envejecimiento y director del Programa de la OMS “Envejecimiento y Ciclo de Vida” hasta 2008, “la edad cronológica ha dejado de ser un instrumento útil para medir la vejez y tras la jubilación, se tienen por delante fácilmente alrededor de treinta años de vida. No se puede pretender pasar esos años tejiendo”.
Martha Moncada
13-ago-2020
Interesante reflexión de la inclusión de la persona mayor como ente de experiencia y productivo. Yo diría que la nueva cultura del envejecimiento si bien debe darse en la edad de la persona mayor, es mas relevante iniciar a través del proceso educativo en el niño y el joven como un legado pedagógico y social.
Grupo PSN
01-sep-2020
Muchas gracias por tu comentario, Martha. Agradecemos que nos proporciones un nuevo e interesante punto de vista. Saludos.
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