Empezamos una serie hace casi un mes para hablar de la estrella del entretenimiento contemporáneo, los videojuegos, y su implicación en el entorno de la Sanidad. Desde su origen el debate ha sido espinoso en cuanto al efecto negativo (o no) de los juegos de ordenador, consola o dispositivos móviles sobre los menores de edad.
Como casi cualquier cosa susceptible de ello, se ha llegado a diagnosticar la adicción a los videojuegos. Evidentemente, esto es un cuadro clínico que hay que evitar de todas las formas posibles y tratar llegado el caso de manifestarse.
Videojuegos sí, en su correcta medida
Además, en los últimos días se ha lanzado una campaña que gira en torno a un estudio que asegura que la mitad de los niños españoles pasan menos tiempo al aire libre que los presos de una cárcel de alta seguridad norteamericana.
Seguramente muchos acusarán este sedentarismo infantil a la omnipresencia de los juegos digitales. Por supuesto que puede ser un factor clave, pero hay que entender esta forma de entretenimiento en las dosis adecuadas, ya que es responsabilidad de los padres hacer comprender a los niños que tienen que repartir su tiempo de la forma más saludable.
Buenos para el desarrollo cognitivo, psicomotriz, ...
Por lo tanto, si nuestros hijos no abusan de las nuevas tecnologías, ¿qué beneficios pueden obtener mientras disfrutan jugando a videojuegos? Muchos expertos y voces acreditadas han empezado a defender la presencia de los videojuegos en el mundo del niño. El laureado profesor del MIT Noam Chomsky reconoce que con un martillo se puede matar, pero que es una herramienta muy valiosa inventada con otros fines. No se puede culpar a la herramienta.
Así, si contamos con el uso adecuado de los videojuegos, estudios como el de Jesús Pujol del Hospital del Mar de Barcelona asocian el consumo adecuado de los mismos con una mejor respuesta psicomotriz a estímulos visuales (en niños de entre 7 y 11 años).
Otros, como el profesor Juan Alberto Estalló defienden desde hace muchos años que no pueden asociarse efectos negativos en el desarrollo intelectual del niño en cuanto al juego se refiere, sino más bien todo lo contrario. Cada vez son más los estudios que confirman que el, digamos, “consumo responsable” de los videojuegos ayuda a los niños a tener mejores aptitudes frente a la resolución de problemas.
¿Crees que tu hijo dedica demasiadas horas a “las maquinitas”? ¿Has observado alguna influencia fuera de lo común, tanto positiva como negativamente, que pueda tener relación con los videojuegos? ¡Comparte tu opinión con nosotros!
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