Con el fin de evitar problemas al salir de viaje por Europa, la UE creó la Tarjeta Sanitaria Europea, un documento que permite acceder a servicios sanitarios en caso de tener alguna necesidad en materia de sanidad. Gracias a esta tarjeta no son necesarios los formularios que había que rellenar antes para recibir atención médica. Antes de pensar siquiera en viajar es importante solicitarla para prevenir incidentes.
¿Quién necesita la Tarjeta Sanitaria Europea?
Todo ciudadano, incluidos los menores de edad, tienen que llevar su propia Tarjeta Sanitaria Europea cuando salen al extranjero. Cada miembro de la familia debe poseer su propia tarjeta y no se puede adherir a nadie a la titularidad de otra persona.
La Tarjeta se consigue a través de la Seguridad Social, donde es necesario solicitarla al menos con dos semanas de antelación. Puede hacerse la solicitud por vía telemática, por teléfono o de forma presencial en alguna de las oficinas que la Seguridad Social tiene repartidas por todo el territorio nacional.
En caso de que el viaje al extranjero sea inmediato y no se pueda esperar, se puede pedir un Certificado Provisional con el que salir de viaje con las mismas ventajas. La validez de dicho certificado es de tres meses desde la fecha de expedición.
La Tarjeta Sanitaria Europea llegará al domicilio del solicitante por correo y tiene una validez de dos años. En la propia tarjeta aparece señalada la fecha de caducidad. Cuando se termina el plazo, se puede solicitar la renovación de la tarjeta a través de los mismos medios que para la solicitud de una nueva: Internet, por teléfono o en persona.
¿Dónde es válida?
La Tarjeta Sanitaria Europea está aceptada en todos los países miembros del Espacio Económico de la Unión Europea y Suiza. En el caso de que hubiera algún problema en el país al que se viaja existe un servicio gratuito de resolución de conflictos denominado SOLVIT, creado para solventar los problemas en materia de sanidad que pudieran surgir en estos lugares.
La tarjeta sanitaria nos permite el acceso a la sanidad del país donde viajamos, y con ello, tenemos el mismo derecho que los ciudadanos del país. Es decir, en el caso de que la sanidad en un determinado país, sea gratuita, para nosotros también lo será, del mismo modo que si es de pago tendremos que pagar por los servicios que nos han prestado. Si el tratamiento recibido ha sido de pago, podemos solicitar el reembolso del dinero, que nos será devuelto en función de las normas y baremos del país donde te encuentres.
En caso de carecer de la tarjeta habrá que pagar los gastos derivados de la atención sanitaria Si ha sido por un olvido, se pueden guardar todas las facturas y presentarlas en la Seguridad Social al regresar a casa para que se reembolsen. No obstante, lo mejor es ser previsores y asegurarse de que se tiene todo en regla en el momento de salir de viaje al extranjero. Así se viajará con mayor tranquilidad.
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