La vuelta de las vacaciones no tiene por qué consistir sólo en malas noticias para nuestra estabilidad económica. Como con la vuelta al cole, cada desafío económico es en realidad una oportunidad, incluso un desafío, sobre cómo hacer que nuestro dinero se ajuste a nuestras necesidades, y no viceversa.
Las tarifas del teléfono móvil son un quebradero de cabeza habitual, y es corriente que estemos pagando por un servicio mayor del que necesitamos. El mercado español de las telecomunicaciones está madurando cada vez, habiendo partido de una situación de monopolio, está dominado a día de hoy por tres grandes operadoras que acaparan un 80% de las más de 50 millones de líneas móviles de nuestro país. Sin embargo, los últimos cinco años han visto surgir una constelación de varias compañías menores que buscan ofrecerle al cliente pagar exactamente por lo que necesita. Algunos expertos en comparar ofertas aseguran que es posible ahorrar hasta 240€ mensuales en telefonía móvil con sólo dedicarle cierto tiempo a estudiarse las ofertas de estas compañías.
En este sentido, ya es posible encontrar ofertas que ofrecen llamadas prácticamente gratuitas y un generoso paquete de datos por entre unos 5 ó 10 euros al mes. Son las proporcionadas por un grupo de pequeñas compañías que ya tienen un 13% del mercado español. El ahorro es notorio si se compara con, por ejemplo, la oferta de una de las tres grandes que, por 39 euros al mes ofrece llamadas ilimitadas. Sin límites, cierto, pero los 10 céntimos por mensaje y el establecimiento de llamada por otros 18 céntimos cobrando un céntimo por minuto a partir del décimo otorgan al cliente la posibilidad de controlar mejor su consumo. Este es un paso en la buena dirección, ya que una de las claves a la hora de ahorrar consiste en recortar los gastos fijos.
Para los más radicales, recientemente ha sido lanzada la primera tarifa convergente, que combina el pago por ADSL, teléfono fijo, móvil e internet móvil en un solo pago. Como todo producto, lo más importante es que se ajuste a nuestras necesidades concretas.
Vía | El País
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