El aumento en el consumo de drogas ilícitas avanza en el mundo de manera preocupante, sin distinción de género, de estrato social y en el caso de España, en todas las regiones de nuestro país. Hoy se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, con el objetivo de informar a la población acerca de los daños que provocan las drogas y sobre la responsabilidad que todos compartimos para cuidar nuestra salud.
El pasado viernes se presentó el Balance de la Estrategia Nacional sobre Drogas 2009-2016. El consumo de tabaco ha descendido en un 50% entre adolescentes. Un dato para celebrar y que se debe, en buena parte a la aplicación entre 2005 y 2010 de las dos leyes antitabaco, que limitan y restringen las zonas aptas para el consumo de tabaco.
Sin embargo va acompañado de un dato preocupante: por primera vez desde 1994 los jóvenes se inician en el consumo del alcohol antes que en el del tabaco. De hecho, a los 14 años el 63% de los estudiantes lo ha consumido alguna vez, en el último año. Y a los 16 años el dato asciende al 84%.
En nuestro país comienza a surgir una gran preocupación ante la generalización del consumo de alcohol en edades tempranas. No son pocos los casos de ingesta desmesurada de alcohol con desenlace trágico que saltan a los medios de comunicación causando gran alerta social.
¿Por qué beben nuestros hijos a edades cada vez más tempranas?
En el último Estudio sobre Hábito de Consumo en los Jóvenes de la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) se exponían los principales motivos de los jóvenes españoles para consumir alcohol.
- Casi un 60% considera que el alcohol tiene que ver con divertirse y pasarlo bien. Los más jóvenes, por debajo de 23 años, refieren las ventajas que les aporta el consumo de alcohol: las relaciones son más fáciles, tienen más seguridad y autoconfianza y se enfatizan las sensaciones. Contrastan éstas con las destacadas por jóvenes de edad superior, que hacen más hincapié en la relajación personal y la desinhibición.
- No ven peligro en el consumo de fin de semana o puntual, vinculado a evento social o de grupo. El dato más preocupante es que los jóvenes de entre 23 y 30 años tampoco perciben peligro en el consumo solitario diario.
¿Cómo educar a nuestros hijos para que perciban el peligro?
- Los expertos insisten en que la primera medida es el ejemplo en el hogar. Más que de las palabras, los adolescentes y los hijos aprenden de los hábitos responsables que se dan en el hogar. Un consumo sano y limitado por parte de los adultos será siempre la mejor escuela.
- Sobre la base de este ejemplo, hay que afrontar las conversaciones con nuestros menores. Los expertos animan a hablar con ellos desde edades tempranas: a través de la información objetiva, desmontaremos sus ideas erróneas sobre el alcohol y su consumo, y les dotaremos de herramientas sociales.
- Algo muy básico es desanimar al consumo: recordarles que puede decidir no beber y que muchos jóvenes así lo han decidido también. Curiosamente el consumo de alcohol está muy aceptado y quizá demasiado extendido entre los progenitores con lo que muchas veces la primera barrera de sensibilización está en los adultos: no reconocen el peligro al que se enfrentan sus hijos y lo ven como algo “propio de la edad”, casi una experiencia obligatoria de cualquier joven.
- En el caso de que vaya hacerlo, que beba despacio y poca cantidad.
- Que salga con amigos responsables y en quienes tenga confianza, y que no ceda a la presión de sus amigos para beber.
- Que informe de dónde va a estar y cómo va a volver a casa (transporte público, con un conductor alternativo, que otro padre que vaya a recogerles, etc).
- Que pida ayuda y llame siempre si pasa algo.
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