null David Cano (AFI): "Sigue la pérdida de dinamismo de la economía mundial"

En las primeras semanas de 2019 hemos contado con nuevas evidencias de ralentización de la economía mundial, que vuelven a encontrar confirmación en una nueva revisión a la baja de las previsiones de crecimiento del PIB por parte del FMI. Ahora bien, lo hace de forma muy leve (apenas una o dos décimas), por lo que el escenario económico es todavía de expansión.

No obstante, conviene seguir advirtiendo de que se suman evidencias que apuntan a que el ciclo económico es ahora menos dinámico que hace un año. La Reserva Federal ha sido sensible y, no sólo no ha subido los tipos de interés (como se esperaba) sino que, a diferencia de diciembre, ha modificado su mensaje. Anteriormente, mantenía su previsión de seguir endureciendo la política monetaria, mostrándose “insensible” a la evolución de la economía y de los mercados, así como a los factores de riesgo. Por el contrario, la Reserva Federal ahora anticipa una pausa en las subidas a la espera de analizar bien el impacto de las anteriores elevaciones y de los distintos frentes de riesgo en la economía mundial. Incluso, pronostica la potencial revisión del proceso de reducción del tamaño de su balance.

“El BC sigue considerando que la probabilidad de una recesión es baja”

El BCE también ha moderado su mensaje. En este caso, reconoce que la debilidad del crecimiento de la UME está teniendo una duración superior a la esperada y modifica el balance de riesgos para el crecimiento. Si hasta el momento se mantenían equilibrados, e inclinados a la baja, ahora los riesgos se sitúan a la baja. De persistir los focos de incertidumbre (Brexit, tensión EEUU y China, etc.), la desaceleración de la economía de la eurozona puede continuar durante más tiempo.

Sin embargo, el BCE sigue considerando que la probabilidad de una recesión es baja. Hay factores de apoyo que mitigan los efectos de la desaceleración como son unas condiciones financieras laxas, la fortaleza en el mercado laboral, con algunas economías en pleno empleo, y el crecimiento de los salarios. A ello se une unos bajos precios de la energía que deberían apoyar el crecimiento.

Para el conjunto del área, esta situación se traducirá, de acuerdo a nuestras previsiones de crecimiento trimestral, en una continuidad durante dos trimestres de la desaceleración que se observó en el tercer trimestre, que se irá dejando atrás a partir del segundo trimestre de 2019. En términos anuales el crecimiento bajará 3 décimas respecto a nuestra previsión anterior, quedando en el 1,3%. Sin embargo, la recuperación posterior permitiría mantener nuestra previsión anterior para 2020. El efecto arrastre del mal inicio de 2019 explica por qué el crecimiento anual de 2020 será más alto que el de 2019, incluso con tasas trimestrales del 0,4%.

En términos agregados y anuales, la economía de la UME estaría aún bastante alejada de una recesión. No obstante, si se observan las tasas trimestrales desde el 3T18 al 2T19 (0,2%) el ritmo de progresión es muy próximo al estancamiento. Por tanto, puede ser compatible con nuevos descensos de producción en términos trimestrales en algunas de las economías del área, como ya hemos visto en Alemania e Italia en el 3T18 (e Italia en el 4T18). El riesgo de recesión es moderado para la UME, pero alto para los países que más están sufriendo la convulsión industrial y de confianza.

“En España revisamos dos décimas a la baja el crecimiento para 2019 debido a la peor aportación de la demanda externa pro menor crecimiento de las exportaciones”

El contraste sigue siendo España. El PIB del 4T18 ha sido bueno, con una aceleración trimestral hasta el 0,7%, que deja la tasa anual en 2,5%. Pero un análisis en profundidad detecta señales negativas, como la fuerte aportación del consumo público y la negativa de la inversión, que se observa tanto en equipo como en vivienda (primer trimestre con dato negativo desde principios de 2015).

Dado que no nos parece sostenible la aceleración, y en coherencia con la revisión a la baja que hemos hecho al crecimiento del Área Euro, con debilidad en el principio del año y mejora posterior, revisamos dos décimas a la baja el crecimiento para 2019, desde el 2,3% al 2,1% (como el crecimiento trimestral empieza peor el año y luego repunta, el crecimiento de 2020 sería una décima superior a lo que preveíamos, pasando del 1,9% al 2,0%). La explicación de la revisión a la baja de 2019 se debe a la peor aportación de la demanda externa por menor crecimiento de las exportaciones. La demanda interna aporta lo mismo que preveíamos (nuestra previsión ya incluía una desaceleración de 6 décimas, que mantenemos), pero con un mayor dinamismo del consumo y menor de la inversión.

“La guerra comercial con EEUU está impactando negativamente en la economía china”

Por su parte, la economía china continúa con su gradual pérdida de dinamismo. El crecimiento interanual del PIB del 4T18 fue del 6,4%, lo que supone saldar el año con un avance del 6,6%. Aunque supera el objetivo marcado por las autoridades (6,5%), es la tasa más baja desde 1990.

Lo más relevante es que persiste la moderación del ritmo de crecimiento, a pesar de las nuevas medidas de estímulo monetario y fiscal. Y es que la guerra comercial con EEUU está impactando negativamente sobre el sector exterior vía caída de los flujos comerciales. Si persiste la ralentización asistiremos a nuevos estímulos. Las previsiones apuntan a un crecimiento del 6.0% en 2019 y del 5,8% en 2020. El FMI, en su reciente actualización de previsiones, mantiene las relativas a China, con un 6,2% tanto para este como para el próximo año.

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