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Los riesgos de la falta de sueño

No solemos concederle demasiada importancia al sueño salvo en los momentos en que padecemos algunas de sus consecuencias, como no ser capaces de concentrarnos del todo en el trabajo o sentirnos cansados a lo largo del día. Pero las consecuencias de habituarnos a ver la tele hasta entrada la noche y levantarnos a la misma hora al día siguiente van más allá de poder curarse con una dosis doble de café.

Durante el sueño, nuestro cuerpo repara cualquier daño que haya podido sufrir durante el día, corrige los excesos de nuestro estilo de vida y nuestro cerebro procesa toda la información que hemos recibido. Nuestra memoria depende en gran medida de que tengamos una buena noche. Es por ello que el cuerpo no perdona y trata de recuperar la carencia de sueño siempre que puede. Una de las formas más peligrosas que tiene es el llamado microsueño, muy relacionado con los accidentes al volante.

La carencia crónica de sueño tiene además consecuencias físicas palpables a largo plazo. La ventaja es que estas mismas consecuencias negativas para el cuerpo se pueden revertir recuperando un ritmo y una calidad de sueño normales. Estos son algunos de los problemas originados por la carencia de sueño:

· Menor resistencia a infecciones: La carencia prolongada de sueño reduce la eficacia de nuestro sistema inmunológico. Si nos estamos resfriando constantemente, tal vez dormir más y mejor pueda hacernos bien.

· Aumento de peso: La falta de sueño afecta a las hormonas encargadas de regular el apetito, dando como resultado que tendamos a comer más de lo que necesitamos, particularmente azúcares y grasas. Algunos estudios han encontrado relación entre la carencia de sueño y el desarrollo de diabetes.

· Descenso del deseo sexual: Se han encontrado niveles de testosterona menores de lo habitual en hombres que no duermen lo suficiente. Esto ha sido vinculado también con la infertilidad.

· Salud cardiovascular: Aunque las causas no están del todo claras, existe una relación clara entre el riesgo de infarto cardíaco y el aumento de la presión arterial y la falta de sueño.

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