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La batalla contra el azúcar

El azúcar se ha convertido en tema de conversación en todo el mundo. Las cifras alarmantes de sobrepeso y obesidad, tanto en adultos como en niños, han hecho que se comiencen a tomar medidas más allá de las guías publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Desde marzo de 2016 es noticia que Reino Unido quiere tomarse en serio su lucha contra el exceso de consumo de azúcar en el que está inmersa la población actual. Hablamos de exceso porque se superan con creces las recomendaciones mundiales. Este abuso hace que aumenten el riesgo y la prevalencia de enfermedades.

Recomendaciones internacionales

Según la OMS, se pueden diferenciar dos tipos de azúcar en la dieta: los libres e intrínsecos. Los primeros son aquellos que los fabricantes añaden a los productos alimentarios, mientras que los segundos son los que ya aparecen de forma natural, como en frutas y verduras.

Desde la OMS indican que la ingestión total de azúcares libres, tanto en adultos como en niños, no debe superar el 10% de la ingesta calórica total. De hecho, se sugiere que, incluso, se disminuya por debajo del 5%. Estas recomendaciones están basadas en pruebas científicas, ya que se ha asociado el consumo de azúcares libres al aumento de peso, mayor riesgo de sobrepeso u obesidad, mayor prevalencia de caries dentales, etc.

Medidas gubernamentales

Tanto en Reino Unido como en España, casi un tercio de los niños tiene sobrepeso u obesidad. Sin embargo, a pesar de que el problema se extiende por muchos países, no todos han iniciado la cruzada que puede ser clave para solucionar uno de los factores de riesgo más importantes de la epidemia que está viviendo el mundo occidentalizado: la obesidad.

Francia, entre otros países de Europa, ya cuenta con el “impuesto del azúcar” pero, hasta que Reino Unido no ha querido implantarlo, el mundo no se ha hecho el suficiente eco. El anuncio de la medida se tomó con buenas expectativas, hasta que, tras el Brexit, el gran proyecto británico contra el azúcar se suavizó y se eliminaron, por ejemplo, las restricciones en la publicidad.

Desde Reino Unido, el impuesto afectará solo a las bebidas con más de 5 gramos de azúcar por cada 100 ml. A pesar de esto, en el resto de países de la Unión Europea sin normativa específica, sólo se deben limitar a poner en práctica lo dictado en 2006 sobre el etiquetado de productos con “bajo contenido en azúcares” (cada 100 gramos de producto, los sólidos con menos de 5 gramos y 2,5 gramos en los líquidos) y “sin azúcares añadidos” (debiendo incluir, en su caso, que “contienen azúcares naturalmente presentes”).

Se espera que esta legislación cada vez sea más común en todo el mundo, ya que, en países como España, las restricciones de azúcares solo parecen estar claramente limitadas en productos alimentarios para la primera infancia.

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