La juventud española ha sufrido mucho para conseguir acceso al mercado laboral en los casi diez años que ha durado la crisis económica. Sin embargo, muchos datos apuntan a que la resolución de este problema está cada día más cerca. Por ejemplo, España ha reducido en 2 millones el número de parados desde los máximos históricos de 2013 y tan solo ha sido superada por Grecia como creadora de empleo en el último año.
A pesar de todo ello, muchas voces alertan de que la reconstrucción del empleo juvenil se cimenta sobre precariedad laboral y la temporalidad de sus contratos. Según un informe de UGT, el descenso del desempleo enmascara en ocasiones datos más preocupantes.
Desempleo juvenil: asignatura pendiente
Pese a que los datos avalan la recuperación del mercado laboral, la cifra de desempleo juvenil es la segunda peor de toda la eurozona, solo superada por la economía griega. En mayo de 2017, el desempleo entre los jóvenes alcanzó un 38,6%, aunque se trata de la primera bajada del paro juvenil desde 2009. En total, hay más de un millón y medio de jóvenes por debajo de los 35 años en situación de desempleo.
Según el informe de UGT, las cifras arrojan otros aspectos negativos como por ejemplo el hecho de que los jóvenes españoles se ven obligados a salir de su país para medrar económica o profesionalmente, hecho avalado por el descenso de la ocupación y la actividad de los jóvenes.
Empleo precario y pocas oportunidades
Las cifras referentes a la temporalidad son abrumadoras: el 73% de los menores de 25 años empleados cuentan con contratos de naturaleza temporal, descendiendo hasta el 56% en los menores de 35 años en dicha situación. Es precisamente este uno de los escenarios más denunciados por el sindicato, para el que “la recuperación del empleo se ha producido a costa de una mayor precariedad del empleo para la juventud”.
Las diferencias regionales también apuntan a una descompensación del empleo juvenil: comunidades autónomas como Murcia, Navarra o Baleares han visto reducir significativamente sus tasas de parados jóvenes; mientras tanto, Melilla y Andalucía han sufrido un repunte del desempleo en un 15% y 11% respectivamente.
Por último, la escasez de oportunidades empuja a los trabajadores jóvenes a retornar a los estudios o a la búsqueda de nuevas oportunidades fuera de España, lo que se resume en un descenso de la población activa.
Escribe un comentario
Tu comentario será revisado por nuestros editores antes de ser publicado. Tu email nunca será publicado.