El anuncio que el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, hizo a principios de este año sobre la nueva tarificación del recibo de la luz fue recibido con variadas reacciones por parte de los usuarios. Reacciones que iban desde quienes entendían esto como una posibilidad de cara a abaratar su recibo aprovechando las previsiones legales, hasta quienes abogaban por una liberalización completa del mismo y quienes decían que, en lo sustancial, poco iba a cambiar el pago final del usuario.
Por ello, ahora es un buen momento para comprobar si este nuevo sistema de tarificación ha resultado realmente beneficioso en lo económico para la media de los españoles. Máxime cuando nos enfrentamos cada día a datos bastante contradictorios al respecto.
En primer lugar hay que señalar que el precio medio del recibo de la luz bajó desde la implantación de la nueva tarificación horaria hasta mayo de este año, es decir, cuando se mantuvieron inalteradas las primeras condiciones establecidas en el anuncio de esta modificación. No obstante, a partir de ese momento se ha revertido la situación.
El precio medio del primer trimestre fue de 25,80 euros por megavatio, el del segundo de 39,93 euros por megavatio y el del tercer trimestre alcanzó los 52,34 euros por megavatio, con septiembre como mes más caro. Esto parece apuntar a que las compañías energéticas ya han conseguido ponderar el nuevo sistema a la perfección y a la luz del mismo, han logrado aumentar más sus ganancias.
De hecho, diferentes asociaciones de consumidores han apuntado que la factura de la luz de septiembre es casi un 8% más cara que la correspondiente al mismo mes del año pasado, cuando aún no estaba vigente un sistema actual que, vistos los datos, no ayuda demasiado al ahorro.
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