Nuestro país está siendo noticia internacionalmente por el contagio de ébola de una auxiliar de enfermería que atendió a los religiosos contagiados por el virus. Teresa Romero Ramos, que así se llama esta auxiliar de enfermería a la que le han diagnosticado el virus ébola, formó parte del equipo profesional de sanitarios que atendieron a Miguel Pajares y a Manuel García Viejo cuando fueron repatriados.
Su contagio, el primero fuera de África de un profesional sanitario, ha puesto sobre la mesa los riesgos de la profesión y pone en entredicho la fiabilidad de los protocolos de seguridad de la sanidad española.
Medios nacionales e internacionales se están haciendo eco de todas las noticias referentes al caso de Teresa pero, ¿qué ocurrió para que el protocolo establecido fallase?, ¿error o accidente? Esta cuestión se sigue planteando, puesto que no hay una respuesta definitiva hasta ahora.
La alarma social ha saltado en esta ocasión por la virulencia de esta enfermedad, también conocida como la fiebre hemorrágica del Ébola, una enfermedad vírica aguda grave para cuya cura no existe, por el momento, un tratamiento específico, pero no es el único caso en el que los profesionales sanitarios están sometidos a un riesgo. La profesión médica y todas las sanitarias están expuestas en su día a día a todo tipo de contagios.
Ahora la urgencia y la magnitud del virus nos hacen centrarnos en el ébola, pero el debate sobre la seguridad de la profesión está encima de la mesa. Si no protegemos a los sanitarios ¿quién nos protege?.
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